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«Nada es más asombroso que la verdad», el periodismo frenético de Kisch

Egon Erwin Kisch es uno de los grandes periodistas del siglo XX. En sus artículos, reportajes, entrevistas y hasta ensayos cuenta el devenir de la Historia y sus asuntos. Un maestro

El periodista checo Ego Erwin Kisch sobre el estrado

CÉSAR ANTONIO MOLINA

Egon Erwin Kisch (1885-1948) es uno de los grandes maestros del periodismo. Y escribo «es» y no «fue», porque su obra está en plena vigencia tanto por el estilo como por los contenidos. Con respecto al estilo mezcló como nadie los géneros periodísticos (reportaje, entrevista, articulismo literario) y los literarios (narrativa, ensayo y una buena dosis de espíritu poético). Y los contenidos nos siguen atañendo muy de cerca: las guerras , sobre todo las llevadas a cabo entre europeos a lo largo del siglo XX; la vida cotidiana; los viajes; la política; la cultura en todas sus manifestaciones; e incluso sus reflexiones sobre la propia profesión y su futuro. Kisch era hijo de un comerciante praguense. Él mismo se definió como checo, praguense de buena familia, judío, comunista… Yo añadiría que fue, fundamentalmente, u n sobreviviente en medio de revoluciones y guerras mundiales . Hablaba checo, alemán y yídish, además de manejar inglés y francés. Estudió periodismo en Berlín. Trabajó en el periódico «Bohemia», el más importante en lengua alemana, de Praga.

Detenido en Australia

Durante la Primera Guerra Mundial fue soldado en el Ejército Real e Imperial. Fue condecorado y uno de sus hermanos murió en el frente. Parte de la guerra la pasó en el Servicio de prensa militar en Viena junto a Zweig, Werfel, Musil, Hofmannsthal o Leo Perutz . Y hace ahora un siglo, en 1918, formó parte del Consejo de obreros y soldados y fue el primer comandante de los Guardias Rojos de Viena. Según Karl Kraus (otro maestro del periodismo-literatura y el pensamiento), Kisch era un comunista de ida y vuelta. Colaboró con los comunistas sobre todo en los primeros años, aunque en sus escritos no es muy exaltado, ni proselitista, ni fanático . Koestler decía que rehuía las discusiones diciendo «Yo no pienso, Stalin lo hace por mí». Como tantos otros no se fue a vivir nunca a la URSS, por algo sería. Kisch lo que defiende, fundamentalmente, es el pacifismo . No fue un ortodoxo comunista ni estalinista sino más bien un socialista. De hecho el Partido Comunista checo y el resto de los partidos comunistas de la misma raíz en el mundo desconfiaban de él, de su desencantamiento. Eso sí, fue anticapitalista, anticolonialista, antiimperialista y antifascista.

Su obra está en plena vigenciatanto por el estilo como por los contenidos.

Kisch vivió en Berlín y viajó por la URSS, USA, China, México y Australia. En Australia fue detenido al participar como Delegado del congreso contra el fascismo. En 1933 fue detenido en Berlín y deportado a Praga. Posteriormente vivió en París y, en 1939, viajó a España para contar la Guerra Civil. En 1946 regresó de México a Praga y poco tiempo después, falleció. Kisch fue además novelista («El pastor de las niñas» causó conmoción al hablar de la prostitución en Praga), autor teatral, ensayista , y periodista «nada más asombroso que la verdad. Nada más exótico que lo que nos rodea, nada más ficticio que la realidad» escribió en «El reportero frenético». Kisch fue un periodista objetivo, fiel a la verdad informativa, lo que no le impidió darle a sus reportajes un inteligente toque de suspense narrativo.

En «El mercado de las sensaciones» se adentró en el memorialismo , estando ya exiliado en México, antes de regresar a Europa, a su patria. Él defiende esa mezcla entre el periodismo y la literatura y pone ejemplos como los de Balzac, Flaubert o Zola. Defiende Kisch el reporterismo basándose en los siguientes puntos: no solo hay que saber escribir sino también y, sobre todo, tener estilo, tener capacidad investigadora ; describir la realidad sin perder la imaginación; no hace falta ser un artista ni intelectual pero sí una persona bien preparada. Kisch diferencia muy claramente la novela y el reportaje.

Censura y chantaje

En España Kisch estuvo con la República y apoyó a las Brigadas Internacionales. Estuvo en el II Congreso Internacional de Escritores. Un hermano médico lo fue en el hospital de Benicasim. En« Cómo me enteré de que Redl era un espía» se refiere a Alfred Redl, jefe del Servicio de Inteligencia Militar del Imperio Austrohúngaro que se suicida al descubrirse que era un agente zarista. Había sido chantajeado por ser homosexual. El relato periodístico se va transformando en una especie de novela negra. El propio Kisch tuvo muchas dificultades para publicar esta primicia. La censura actuó contra él. La historia comenzó en 1913 y no se resolvió hasta 1924, ya desaparecida la monarquía austrohúngara. Muchos de estos relatos se asemejan a la novela picaresca española. «En el estudio de Charlie Chaplin» cuenta su visita a Hollywood . «En las mazmorras de Spandau» cuenta como en un diario su detención y prisión al día siguiente del incendio del Reichstag. Son los primeros días del Tercer Reich . Le acusan, nada menos, de ser uno de los causantes del incendio.

«Las tres vacas» y «El Prado desalojado» son los textos que dedica a la Guerra Civil española... Todos los estudiantes de Periodismo deberían leer este libro y, por supuesto, sus profesores. Todo lo que es y debe ser el periodismo y también la literatura está aquí explicado. Pero el simple lector encontrará pasajes memorables de la historia del siglo XX contados por unos de sus mejores cronistas.

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