LOS LIBROS DE MI VIDA

Lévi-Strauss contra el estereotipo del buen salvaje

El antropólogo y filósofo francés realizó un canto a la diversidad cultural en «Tristes trópicos», una obra que cambió nuestra visión del hombre

Claude Lévi-Strauss a los cien años AFP
Pedro García Cuartango

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Claude Lévi-Strauss fue elegido por los lectores de la revista Lire en 1981 como el intelectual francés más influyente de su tiempo. No era un capricho ni una exageración porque las investigaciones de campo de Lévi-Strauss no sólo iluminaron la antropología con una nueva luz sino que además cambiaron nuestra visión del hombre . Fue el autor de libros que se han convertido en clásicos como Mitológicas , El pensamiento salvaje o su Antropología estructural , pero, por encima de todo lo que dejo escrito, brilla un trabajo que conjuga el talento literario con la profundidad filosófica: Tristes trópicos . El comité que concede los premios Goncourt quiso premiar este texto en 1955, pero no pudo hacerlo al no tratarse de una obra de ficción. Confesaré de entrada que hay pocos libros que me hayan hipnotizado tanto como Tristes trópicos , que leí hace 40 años. Todavía recuerdo la avidez con la que pasaba sus páginas y las notas que tomaba compulsivamente. Más tarde, topé por casualidad con El nuevo festín de Esopo , un esclarecedor homenaje de Octavio Paz al etnógrafo francés.

Tristes trópicos es la historia de la formación de un antropólogo que viaja a Brasil a estudiar las tribus del Amazonas , es una crónica de viajes, es un tratado de etnografía, es una biografía, es una aproximación filosófica a la naturaleza humana y también es una novela de aventuras. Resulta imposible clasificar en un género una obra tan ambiciosa y tan original.

Incorrecta políticamente en todos los sentidos, Tristes trópicos cuenta la peripecia de Lévi-Strauss en Brasil, donde trabajó de profesor de 1935 a 1939, cuatro años que aprovechó para viajar por el Mato Grosso y las selvas amazónicas. Allí convivió con pueblos que apenas habían tenido contacto con la civilización occidental y que vivían en condiciones muy similares a nuestros antepasados en el Neolítico.

Culturas complejas

La conclusión a la que llega el antropólogo francés es que tribus como los bororo, los nambiquaras o los mundé contradicen nuestros estereotipos de lo salvaje, asociado al primitivismo. Por el contrario, esos pueblos aislados y remotos tienen culturas complejísimas y un conocimiento del medio superior incluso al del mundo occidental.

Lévi-Strauss dedica una especial atención a las estructuras de parentesco que en todas esas tribus se basa en la primacía de lo matrilineal , de suerte que los hombres son expulsados del hogar materno cuando encuentran pareja, lo que supone que se tienen que ir a convivir con la familia de su mujer.

De las observaciones sobre el modo de vida de los habitantes del Amazonas, el etnógrafo francés deduce que hay una estructura que confiere sentido a las prácticas y los hábitos de esas culturas indígenas, al igual que sucede en las sociedades occidentales contemporáneas. Dicho con otras palabras, lo invisible sirve para explicar lo visible.

Aquí Lévi-Strauss hace una crítica demoledora de la metafísica de pensadores como Heidegger y Sartre y reivindica el legado de Marx y Freud, que bucean en las relaciones de producción y en el inconsciente para explicar la conducta humana. El autor de Mitológicas , en la que desarrolla sus conocimientos sobre las tribus amazónicas, recurre a la metáfora de la geología para hacer comprensible el sentido de su obra. En este contexto subraya que las culturas son una acumulación de sustratos en los que hay que excavar para comprender el significado de las actitudes del presente.

Lección de modestia

Sin decirlo expresamente, Lévi-Strauss reivindica la existencia de una naturaleza humana que se expresa en el lenguaje y las costumbres , de suerte que casi nada es arbitrario en las culturas. Y ello es extensible a la sociedad europea de nuestro tiempo, cuyos excesos sirven también para poner en evidencia las ausencias que sustentaron sus orígenes.

Si ha habido algún científico o pensador en el siglo XX de la diversidad, ése es Claude Lévi-Strauss, cuya mirada dotó de significado la existencia de remotos pueblos que nos confrontan con nuestra propia identidad porque nosotros somos como ellos. La pluralidad existe y es digna de asombro, pero no nos separa sino que nos une porque todos somos ramas del mismo tronco. Ahí están los complejos ritos funerarios de los bororo, cuyo significado no es muy distinto de los entierros cristianos.

Leer a Lévi-Strauss es un festín , como decía Octavio Paz, pero también es una lección de modestia porque nada hay más infundado que cualquier sentido de superioridad racial. No existe ni el menor atisbo de razón en la idea de que una civilización sea superior a otra. Nos queda el hombre y eso es todo.

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