ARTE

Juan Suárez: persistencia, resistencia

Juan Suárez es uno de los padres de la abstracción andaluza. El CAAC reconoce su aportación al arte con una retrospectiva

El artista gaditano, ante una de sus instalaciones más recientes, en el CAAC

Iván de la Torre Amerighi

La trayectoria de Juan Suárez (El Puerto de Santa María, 1946) podría reescribirse como un relato de resistencia y persistencia. Esta es la premisa principal que la retrospectiva que le dedica el CAAC de Sevilla trata de demostrar con argumentos artísticos, realizando un repaso a los hitos fundamentales de una carrera que comienza a finales de los sesenta con su primera individual y se prolonga hasta nuestros días.

La geometría como dicción y la repetición como procedimiento son dos de los elementos que de modo sustancial y permanente se conjugan en su obra. Color y contexto son otros parámetros a tener en cuenta. La voluntad experimental en materiales y soportes (pintura industrial, papeles fluorescentes, metacrilato…) sería el quinto pilar sobre el que se asienta su quehacer creativo.

Junto a Gerardo Rueda

La formación como arquitecto -y posterior desarrollo profesional en ese campo- cobra especial interés por cuanto sus primeros pasos ofrecen como resultados construcciones y piezas bidimensionales a las que el simple e inteligente recurso de añadir unas bisagras le confieren, aun cuando sea en potencia, la cualidad tridimensional . El influjo del Grupo de Cuenca -que le llegó de primera mano a través de la galería La Pasarela- y, en especial, de Gerardo Rueda, así como la huella del Minimalismo , y una lectura en presente del Constructivismo, resultan evidentes.

Con el tiempo, la obra de Suárez se multiplicó en profundidades, la depuración poética se acentuó y la geometría se transformó en estructura en permanente conflicto. La segunda individual en la galería Juana de Aizpuru implicó una lectura de El Tránsito de la Virgen (1462), de Andrea Mantegna. En especial de varios de sus elementos secundarios, que reutilizó como soporte de una serie de rítmicos paisajes imaginarios en los que se anulaba el sentido último de la escena de la cual se partía.

La indagación a lo largo del tiempo ha producido fértiles resultados y transformaciones que han avanzado progresivamente hacia la sutileza cromática. En los ochenta no se dejó arrastrar por las modas neofigurativas, aunque no fuera impermeable a los influjos de la Transvanguardia , que supo compensar vislumbrando las raíces de esta en el expresionismo abstracto, sígnico y nostálgico , de Motherwell, a quien tanto apreciaría en esa etapa. Cuerpo de campanas (1982), Entre el resplandor de los santos (1985) o Leal souvenir (1986) son piezas harto significativas.

Suárez es -junto a José Ramón Sierra y Gerardo Delgado - uno de los vértices de ese triángulo perfecto de la abstracción renovadora hispalense de los setenta que tanto influyó en la apertura plástica en Andalucía y cuya trascendencia en el panorama español no ha sido bien ponderada aún por la historiografía. Abstracción lírica cuyos ecos pueden ser bien estimados en generaciones posteriores.

Una de las obras más sugerentes entre las expuestas, frente a lo que suele ser común en otras muestras, que van declinando conforme avanzamos, es la que da nombre a la cita: Una y otra vez ( Time after time ), de 2019. Aquí, reinterpretados, Minimalismo y Constructivismo modular generan una estructura múltiple, abierta y rítmica, que no reniega de lecturas contextuales.

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