Isidro Ferrer trabajando en su estudio
Isidro Ferrer trabajando en su estudio - Jacques Valat
DISEÑO

«Estamos matando la cultura visual de empacho»

Ganador de un premio nacional de diseño y otro de ilustración, Isidro Ferrer es uno de los creadores visuales más prestigiosos de España, poseedor de un estilo muy distintivo basado en las figuras retóricas y la poesía visual

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La diferenciación es la acción y efecto de diferenciar o diferenciarse. Una acción y efecto que el ser humano lleva innata pero que no todos son capaces de llegar a ella, para luego terminar actuando en función de una mayoría. En el campo de la comunicación visual es esencial esa diferenciación y por ello existen diseñadores e ilustradores que aportan su conocimiento y experiencia para crear mensajes gráficos innovadores y rompedores que calen en la población.

Isidro Ferrer (Madrid, 1963) es un diseñador que exprime al máximo y con éxito dicha diferenciación, principalmente con un «lenguaje propio» formado de figuras retóricas. Desde la ciudad de Huesca crea un mundo diferente en el que los recursos literarios como la metáfora, la paradoja, la analogía, la ironía, la elipsis o la metonímia, en algunos casos son utilizados para expresar ideas o contenidos gráficos que se convierten finalmente en mensajes envueltos en una magnífica poesía visual de gran calado.

Graduado en Arte Dramático y Escénico combina a la perfección esa influencia dramática con la creación de objetos e imágenes que son sacados del contexto para el que fueron creados, para así, crear uno complemeante diferente desembocando en un torrente ordenado de carácter surrealista y eficaz.

Pertenece a una generación de diseñadores e ilustradores que han cambiado el panorama del diseño gráfico actual en España. Galardonado con diferentes premios a nivel nacional –como el de diseño y el de ilustración–, goza también de un reconocido prestigio galardonado a nivel internacional. Con ese «lenguaje gráfico propio» sus composiciones llegan a convertirse en piezas de arte que han sido y son, motivo de diferentes exposiciones nacionales como internacionales.

Entre sus últimos proyectos están sus dibujos que ilustran las palabras de la poeta chilena María José Ferrada en « Un jardín» (A Buen Paso) un desplegable en espiral que se convierte en un friso a medida que la lectura va avanzando y cada elemento desaparece para dar vida al siguiente, en un recorrido continuo y sin interrupciones.

«Un jardín», de María José Ferrada, es el último libro diseñado por Ferrer
«Un jardín», de María José Ferrada, es el último libro diseñado por Ferrer

–¿Necesitamos concienciar a la sociedad de que adquiera una cultura visual completa con capacidad de análisis y reflexión?

–Sería lo deseable. De la misma manera que se enseña a leer en las escuelas y es, en muchos casos, a través de la lectura razonada óomo el individuo forma un espíritu crítico, que en las mismas escuelas se proporcionaran los conocimientos básicos para enfrentarse al caos visual contemporáneo dotando a los ciudadanos de herramientas necesarias para enfrentarse a la ebria sobresaturación visual. Aprender a mirar para ver más y mejor.

–El poeta catalán Joan Brossa creó un lenguaje de la imagen más universal que el código literario, decía: «yo siempre digo que la poesía visual no es dibujo ni pintura, sino un servicio a la comunicación». ¿Ilustrar un texto, es buscar otra forma de comunicar o de complementar?

–De comunicar, sin ninguna duda. La ilustración comunica de la misma manera que lo hace el texto. Son expresiones complementarias que suman intenciones a una lectura global y compleja. La ilustración sólo se entiende en compañía de un texto pero no debe estar subyugada por este. Al igual que un texto tiene la capacidad de generar imágenes tan ajustadas a su representadción que el lector las visualiza en su interior (hipotiposis), La ilustración también posee esa misma cualidad pero a la inversa. Una ilustración es capaz de generar las palabras que conforman su sentido plástico. Siguiendo con el poeta, comenta que «la poesía visual, como el arte, es una aventura. La poesía visual, si se hace bien, se puede utilizar de varias maneras y hacer poemas de tipo político, lírico y romántico. En nuestra civilización predomina la imagen, es un código universal que me interesa utilizarlo en sentido ético, dando a los signos un contenido poético».

–¿En un sociedad como la nuestra en que todo es imagen, debería estar más reconocida la labor de los ilustradores y diseñadores por parte de la sociedad?

–Sería desable para visualizar un oficio tan presente como desconocido. Así sucede en otros paises, sin ir más lejor en Francia donde la ilustración y la expresión gráfica se encuadra dentro de las expresiones culturales y está considerada con una de las bellas artes. Supongo que es una cuestión de cultura y de tradición. En este país sería suficiente, por lo pronto, con que fueramos reconocidos por el sector institucional y el empresarial. Yo me contentaría con eso.

–¿Qué papel juega la ilustración y el diseño en la cultura visual actual?

Una ilustración es capaz de generar las palabras que conforman su sentido plástico

–Un papel fundamental pero anecdótico. Resulta paradójico que la imagen, pese a tener una presencia abusiva e invasiva en las redes de comunicación, tenga un reconocimiento residual y limitado al sector profesional. Viene a ser el «fast food» cibernético. Desayunamos imágenes, almorzamos imágenes y cenamos imágenes hasta la saciedad, hasta reventar. Uno de los principales problemas de la sobreabundancia de la información visual es la insensibilización por exceso. Estamos visualizando imágenes casi sin reposo, y esto hace que seamos incapaces de procesarlas todas; el cerebro aunque no tenga un límite de almacenamiento, tiene un límite de atención, y ante la avalancha continua de información visual, rebaja su capacidad perceptiva y de análisis. Esto conduce a la trivialización de gran parte de lo que vemos. Estamos matando a la cultura visual de empacho, estamos sepultándola bajo toneladas de escombros gráficos.

–Para terminar, ¿qué libro está leyendo actualmente? ¿Qué libro de no-ficción recomendaría? ¿Y de ficción?

–« El balcón en invierno» de Luis Landero. Cualquiera de John Berger, fundamentalmente « Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos». «Rayuela» de Julio Cortazar.

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