Dibujo de Quint Buchholz («El libro de los libros», Nórdica)
Dibujo de Quint Buchholz («El libro de los libros», Nórdica)
COMUNICADOS DE LA TORTUGA CELESTE

España, un país de lectores

Según la Federación de Gremios de Editores el 88,6 por ciento de los españoles son lectores frecuentes. No somos un pueblo de zafios incultos e ignorantes

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La lectura en España. Informe 2017 es un documento impresionante. Es un amplio y muy documentado estudio realizado por la Federación de Gremios de Editores de España y coordinado por José Antonio Millán. Tiene una extensión de 230 páginas en un documento PDF que puede copiarse y compartirse libremente, y está lleno de gráficos y de cuadros estadísticos que recorren todos los aspectos del mundo del libro: la cantidad de librerías que hay en España, la cantidad de libros que se venden al año, la cantidad de puntos de venta de prensa, la situación de las editoriales y de las bibliotecas y todo tipo de datos respecto a los hábitos de lectura de los españoles. Prólogos de lujo de Alberto Manguel y Darío Villanueva, infinidad de artículos de especialistas, datos comparativos de los últimos años, rastreos incesantes desde todos los puntos de vista y tomando en cuenta un sinfín de parámetros...

En fin, digamos que el esfuerzo es muy serio y que los resultados que arroja no pueden ser tomados a la ligera. Es el tercero de estos informes que realiza la Federación de Gremios de Editores de España. El anterior apareció hace ocho años, también coordinado por José Antonio Millán.

Tras su publicación a principios del presente año han aparecido varios comentarios y recensiones acerca de este informe, aunque no tantos, me parece, como los que merecería. No me he propuesto hacer una labor de hemeroteca al respecto, pero los que he leído hablaban, como era de esperar, de la «situación desoladora» de la lectura en España. Ya que España, ya lo saben ustedes, es un país donde no se lee. Antes se leía más, pero ahora ya no lee nadie. Antes leían los jóvenes y los adolescentes, es verdad, pero ahora ya no leen, abducidos como están por el móvil y los juegos on line. Sí, es cierto que antes se veía a gente leyendo en el metro, pero esos lectores sólo se interesaban por los best sellers y además han desaparecido casi por completo. Ese es el panorama desolador de un país donde los estudiantes de secundaria tienen unos niveles académicos que están entre los más bajos de Europa, un país sin lectores y con un sector editorial aquejado de una crisis profunda que ve, sin poder hacer nada por remediarlo, cómo se acerca el fin del libro, y muy especialmente el fin del libro en papel, esa reliquia romántica.

Y sin embargo las afirmaciones contenidas en el anterior párrafo, que son las que se repiten machaconamente una y otra vez y las que suenan tan bien en cursos, conferencias, artículos de opinión y entrevistas, son todas falsas. Todas, una por una. En el año 2012 había en España más de quinientos mil títulos «vivos», es decir, libros no agotados que podían encontrarse en las librerías. Medio millón de títulos para cuarenta millones de lectores potenciales me parece a mí una cantidad realmente extraordinaria. Si tenemos en cuenta que España es un país donde existen cientos y cientos de editoriales y donde todos los días aparecen varias editoriales nuevas, cabría preguntarse cómo es que existen tal cantidad de títulos y tal cantidad de editoriales en un país donde no hay lectores. Vayamos a los datos. En 2015 se editaron en España 80.181 títulos, un 21 por 100 más que el año anterior. Esto quiere decir que cada día de 2015 se publicaron en España 219 títulos nuevos. Sí, pero no los compran, me dirán. Y si los compran, no los leen. ¿No han oído a menudo estos comentarios? Podemos seguir: y si los leen, no los entienden; y si los entienden, se les olvidan. Etcétera.

Pero entonces, los españoles, ¿leen o no leen? El capítulo correspondiente de La lectura en España, firmado por Luis González, establece dos categorías: «lector ocasional», el que «lee una vez al mes o al trimestre» y «lector frecuente», el que «lee todos los días o una o dos veces por semana». Centrémonos, pues, en los lectores frecuentes, aquellos que leen todos los días o una o dos veces por semana. Los datos nos dicen que en el año 2000 había un 36 % de lectores frecuentes, y que en el año 2012 este porcentaje había aumentado hasta un 47,2 %. Y añade Luis González: «según los datos del último Barómetro, el 92 por ciento de la población española es lectora, si bien sólo el 88,6 por ciento lee todos los días o, al menos, una o dos veces a la semana. Estos lectores son los del primer círculo: quienes leen libros, periódicos, revistas, cómics, webs, blogs o foros. Desde este punto de vista, considero que la práctica totalidad de la población española es lectora».

De esa «totalidad» de la que habla Luis González no todos leerán literatura, es evidente. Pero leer literatura no es lo único importante en la vida. Seguramente habrá también buenos lectores que nunca escuchen música, ni vayan al teatro, ni den importancia al ejercicio físico, ni disfruten de la naturaleza, ni canten, ni bailen, ni sepan dibujar... Usted, querido lector, ¿toca algún instrumento musical? ¿Sería capaz de correr un maratón? ¿Cultiva su propio huerto biológico? No todo el mundo tiene que ser lector. Incluso así, el 88,6% lee todos los días.

La realidad es que España es un país de lectores. La realidad es que en España se da una gran importancia a la lectura. La realidad es que NO somos un pueblo de zafios incultos e ignorantes. Siento desilusionar a aquellos que me lean, pero es así. El panorama de la lectura no es desolador, sino muy esperanzador. Cabe preguntarse por qué en un país con una población así las cosas nos van tan rematadamente mal.

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