VÍDEO

Delphine Seyrig: rubias y tontas, abstenerse

El Museo Reina Sofía analiza el desarrollo del videofeminismo europeo desde el giro de guion vital en la figura de Delphine Seyrig

Schneider (protagonista de «El último tango en París»), Seyrig y Roussopoulos en el rodaje de «Calladita estás más guapa»

Francisco Carpio

L’année dernière à Marienbad ( El año pasado en Marienbad , 1961), de Alain Resnais , es una película de culto dentro del cine europeo. Con guion del escritor Alain Robbe-Grillet , representante clave del nouveau roman , muestra como principal personaje femenino a una mujer, A, símbolo de una feminidad idealizada, sofisticada y distante. A será interpretada por Delphine Seyrig (1932-1990), quien se convertiría en una de principales actrices del cine francés de los 60 y 70, colaborando también con otros directores como Joseph Losey, François Truffaut o Luis Buñuel.

Curiosamente -o no tanto- su carrera sufriría una peculiar evolución personal, profesional e ideológica ahora reflejada en la exposición Musas insumisas. Delphine Seyrig y los colectivos de vídeo feminista en Francia en los 70 y 80 . Una propuesta que reflexiona sobre la interrelación y el diálogo entre cine, vídeo y feminismo , dentro del contexto social y cultural francés de esas décadas, y que se articula precisamente en torno a la figura de esta actriz, activista y realizadora francesa.

Una mutación

La muestra se inicia justamente con la reproducción en gran formato de esa película, y alberga más de doscientas obras entre vídeos, fotos, instalaciones, algunas pinturas, diverso material documental e incluso una intervención poético-sonora , estructurándose alrededor de una serie de distintos espacios relacionados entre sí.

La mutación sufrida por Delphine Seyrig, hasta convertirse en una dinámica activista feminista y en una importante videoartista fuertemente implicada en los movimientos de liberación de la mujer, es sintomática del nuevo papel que las mujeres artistas lentamente empezaban a desempeñar en esos años. Esta metamorfosis la llevará asimismo a establecer sinergias con distintas directoras con las que va a trabajar durante los años setenta y ochenta, como Marguerite Duras, Chantal Akerman, Agnès Varda o Ulrike Ottinger , brindándole la oportunidad de enfrentarse a unos papeles muy diferentes a los habituales y que se escapaban de las rígidas fronteras en las que solían estar encasilladas las estrellas femeninas.

Paradójicamente el personaje que interpretó en la película de Resnais nunca la abandonaría del todo, convirtiéndose en una impuesta patente de corso que la encasillaba en una imagen de mujer misteriosa, irreal e inalcanzable , aunque diera después vida a otros personajes muy diferentes. Por ello resulta más meritoria aún la deconstrucción que hizo de sí misma como mujer y como creadora, alejándose de ese arquetipo de diva, y adquiriendo una mirada crecientemente crítica y reflexiva sobre los estereotipados límites que la industria cinematográfica imponía a las mujeres. En este sentido, destaca su obra Sois belle et tais-toi ( Calladita estás más guapa , 1976), vídeo documental que recoge testimonios de 24 actrices (entre otras su amiga Jane Fonda, María Schneider, Juliet Berto o Ellen Burstyn ), reflexionando sin tapujos sobre estas restricciones.

Piezas emblemáticas

Capítulo importante en su trayectoria, bien documentado en esta muestra, es su experiencia como miembro fundacional en 1975 de un colectivo que acabaría llamándose Les Insoumuses ( Las Insumusas ), junto a la también cineasta y activista Carole Roussopoulos y a Ioana Wieder , y con el que llevarían a cabo una dinámica de documentación de diversos aspectos relacionados con los movimientos feministas. En este sentido, se muestran dos piezas emblemáticas, S.C.U.M. Manifesto , basado en la lectura de un celebre texto de 1967 de Valerie Solanas (un año antes de atentar contra Warhol ), y Maso et Miso vont en bateau ( Maso y Miso van en barco ), seguramente los vídeos más referenciales del movimiento feminista francés de los 70. Juntas crearían también en 1982 el Centre audiovisuel Simone de Beauvoir , con sede en París, un completo y singular archivo del que proceden la mayor parte de las obras expuestas.

Otro sustancial apartado trata de resaltar la aparición de una red de acciones transnacionales y experiencias combativas en las que se implicaron mujeres en diferentes partes del mundo -Panteras Negras, Palestina, Guerra de Vietnam, presos políticos en Europa y Latinoamérica- y que, en cierto modo, constituyen el germen de movimientos contemporáneos como Time´s Up! o Me Too .

Me resulta también especialmente interesante la sala dedicada a su conexión con la antipsiquiatría, con algunas pinturas de Aloïse Corbaz , destacada figura del arte marginal, y algunas imágenes de una película en la que interpretaba a esta artista outsider; o la proyección de la película Calamity Jane and Delphine Seyrig. A Story (2019), de Babette Mangolte , que se estrena mundialmente aquí.

Propuesta acertada

Todos estos factores conjugados entre sí dan como resultado una exposición bien trabada y trabajada, densa y llena de pliegues ; puro alimento para el pensamiento, pero que, sin embargo, resulta asimismo fácil y atractiva de ver, con un acertado montaje. En definitiva, una propuesta pertinente (coincide con la reciente publicación en inglés de un libro de investigación sobre este tema, ampliado al ámbito europeo, dirigido por Elaine Shemilt ), y, me atrevería a decir, que necesaria para entender el transcurso de los movimientos feministas, enfocada precisamente en un ámbito como el cinematográfico, que siempre ha tendido a construir y a consumir musas sumisas y rubias «tontas» en vez de seres humanos.

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