El coleccionista peruano Eduardo Hochschild en su casa de Madrid.
El coleccionista peruano Eduardo Hochschild en su casa de Madrid. - Maya Balanya
ARCO 2017

«Coleccionamos artistas vivos para beneficiarnos de sus experiencias»

Premiado por la difusión del arte peruano, parte del conjunto de Hochschild se muestra estos días en Alcalá 31

Madrid Actualizado: Guardar
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Eduardo Hochschild (Lima, 1964) ha sido uno de los galardonados con los Premios «A» al Coleccionismo de este año por el gran conjunto de obras de arte visual peruano de finales del siglo XX y principios del XXI que posee. Comparte esta pasión con su mujer, Mariana. La Fundación ARCO reconoce su labor en la difusión del arte y en la constitución de una colección única. Es la primera vez que parte de ella viaja a Europa, siendo los españoles los primeros en poder disfrutar de sus tesoros. El premiado cree que los verdaderos protagonistas, estos días, «son los artistas». Desde el principio, Hochschild ha pretendido que todo el mundo disfrute de la creatividad que sucede en Perú.

¿Qué significa para usted este premio?

Es un enorme reconocimiento verme galardonado junto a nombres como Constantini, Coppel o Helga de Alvear, a los que respeto enormemente. Y un estímulo para continuar con esmero y cariño una colección que nació del amor compartido por el arte.

¿Qué parte de su colección se puede ver en Madrid?

No podría cuantificarla. En esta exposición se están viendo 66 obras de 43 artistas. La integran nombres tan relevantes como Tilsa Tsuchiya, Fernando de Szyszlo, Milagros de la Torre o Elena Damiani. El comisario Octavio Zaya hizo un magnífico trabajo de selección de las obras, porque ha logrado una visión representativa de lo que es la colección. Estoy seguro de que los madrileños están disfrutando enormemente, descubriendo el arte de un país que tiene mucho que decir.

¿Cómo es el arte que se vive ahora en Perú, su tierra natal?

Se encuentra en un momento muy interesante, en el que se percibe muy vivo. Los artistas son muy creativos y muy hábiles. Creo que Perú es una gran referencia para el resto del mundo. Además, la gastronomía peruana está alcanzando cotas de popularidad muy importantes, y eso lo demuestran grandes nombres con reconocimiento internacional, como Virgilio Martínez o Erik Ramírez, ambos presentes en Madrid cuando se inauguró la exposición.

¿Cuándo y por qué surgió su pasión y dedicación por el coleccionismo?

Siempre me ha interesado el arte. De joven, coleccionaba los pósters que me gustaban; ya de mayor, me dedicaba con Mariana, mi mujer, a visitar las galerías de arte, comprando lo que por aquel entonces nos podíamos permitir dado nuestro presupuesto. Después empezamos a visitar exposiciones y nos dimos cuenta de que nuestros gustos coincidían. Fue en aquella época en la que le propuse a mi mujer que empezáramos a adquirir arte, pero por disfrutar de las obras que comprábamos, sin querer construir una colección. Ésta surgió, años más tarde, de aquel amor compartido por este mundo con el objetivo de potenciar las artes plásticas de Perú.

¿Cuál es su criterio para comprar?

Un condicionante importante a la hora de escoger obras es comprar arte peruano contemporáneo «vivo», es decir, de artistas que vivan y que nos puedan aportar, además de su trabajo, la experiencia personal de conocer la interacción con sus obras. También buscamos talento emergente de autores, que creemos que tienen un gran recorrido por delante. A mí me encanta sentarme con Fernando «Huanchaco» Gutiérrez, por ejemplo, para oír sus historias sobre cómo pasó un año entero perdido en la jungla buscando una ruina mediocre. Eso es disfrutar del arte en toda su dimensión, participar de la experiencia creativa del artista.

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