IMPRESCINDIBLES

Clásicos que perduran para su agenda cultural

Desde el reestreno de «Con la muerte en los talones» hasta el talento de Harold Pinter, Toni Braxton y Ernesto Ventós

1

Miqui Otero

Simón, un antihéroe heredero del mejor Marsé

Hay en Simón (Blackie Books), la nueva -y mejor- novela de Miqui Otero (Barcelona, 1980), muchos ecos de todos esos autores, de Marsé a Mendoza , que le han hecho ser el escritor que hoy es: uno de los mejores de su generación. Pero, sobre todo, lo que hay es una voz propia, construida con el peso del pasar las miles de páginas leídas por Otero, que es consciente, desde el arranque del libro, de la historia que quería contar: la de un antihéroe que termina salvándonos a todos, incluso a él. Por Inés Martín Rodrigo.

2

Ernesto Ventós regresa a la Casa Vicens

La relación del perfumista, artista y coleccionista Ernesto Ventós (fallecido en enero) con la Casa Vicens de Gaudí en Barcelona viene de largo. De ella gustaba decir que era «pura naturaleza convertida en esencia» (todo un halago para alguien que se dedicó a seducir nuestra pituitaria). Ya en 2018 llegó a generar un itinerario olfativo para recorrer las estancias de la que es la primera vivienda firmada por el autor de la Sagrada Familia . A ella vuelve a entrar, ahora a través de 25 de sus obras, con una muestra en la sala de exposiciones temporales, que es además un guiño al otoño. Madera, hojas secas y tierra húmeda, entre otros elementos, completan la banda «olfativa» de este sentido homenaje a alguien que nunca se marchó de la casa. Por Javier Díaz-Guardiola.

3

Toni Braxton

La madurez de una diva de los 90

Da la impresión de que en el competitivo universo del conseguir ocho discos de platino no son suficientes para alcanzar el respeto. O, al menos, no lo son para Toni Braxton , quien a sus 52 años acaba de publicar un excelente disco, de aires retro y cuidada producción, donde la cantante y compositora toma el timón en un alto porcentaje, con la ayuda de Babyface y Anthony Dixon . Carnal y hedonista, se desnuda lentamente frente al micro, demostrando su poderío en canciones soberbias como «Gotta Move On», donde le acompaña H.E.R. Pionera del género en los años 90, da con este Spell My Name (Island) un rotundo golpe en la mesa diciendo «esta soy yo». Doce cortes cosmopolitas para girar entre rascacielos, como «Happy Without Me», con colaboraciones estelares como la de Missy Elliot , pero con su personalidad siempre en primer plano. Lejos de poder resucitar a Whitney Houston , al menos contamos con la Braxton, que hace bueno el dicho de que «la experiencia es un grado». Por Álvaro Alonso.

4

«Con la muerte en los talones»

Clásicos que no caducan

El mejor estreno de esta semana tiene más de 60 años y no hace mucho se conmemoró el 40 aniversario de la muerte de su director. Tampoco hacían falta excusas ni recurrir a la numerología para recuperar Con la muerte en los talones , una de las películas más divertidas de Alfred Hithcock y uno de sus mejores títulos, lo que ya es mucho decir. Cary Grant es un espía que en realidad no existe enfrentado a enemigos muy reales, en un papel que se adelantó a James Bond con la misma elegancia con que Los pájaros se anticiparon a Tiburón y otras especies. En realidad, la historia está inspirada en la operación Carne Picada , que a su vez se narra en un capítulo de El Ministerio del Tiempo . La cinta contiene tantas escenas inolvidables que pertenece a la memoria colectiva. Sin duda las más recordadas son la subida al monte Rushmore y la de la avioneta que intenta fumigar al protagonista (en la imagen), todavía en buena forma a los 55 años. Por Federico Marín Bellón.

5

Irene Arcos, Raúl Arévalo y Miki Esparbé

Harold Pinter no traiciona

Israel Elejalde dirige a Irene Arcos, Raúl Arévalo y Miki Esparbé en Traición , del Premio Nobel británico Harold Pinter . (Teatro Kamikaze. Hasta el 4 de octubre). El conflicto viene servido por un triángulo amoroso entre Emma, su marido y el mejor amigo de este. En una serie de flashbacks que nos cuentan la historia desde el final, descubrimos «un torrente oculto. Un mundo de perversión que se respira en la atmósfera», como bien señala Elejalde. Ni Harol Pinter ni este montaje traicionan la calidad. Por Carmen R. Santos.

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