Guillermo Cabrera Infante fotografiado en su casa de Londres en 1987
Guillermo Cabrera Infante fotografiado en su casa de Londres en 1987 - Getty Images
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Aparece el guión volcánico de Cabrera Infante

Se sabía de su existencia, pero nadie había visto íntegro el guión de «Bajo el volcán» que, a petición de Joseph Losey, escribió Cabrera Infante en 1972. Adaptar la historia de Lowry, una novela maldita, casi le costó la vida al autor cubano. 44 años después, ABC Cultural tiene acceso a este «script» envenenado

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Guillermo Cabrera Infante escribía en abril de 1985: «He recibido varias ofertas para publicar mi guión. Debo sortear la Escila y Caribdis de los derechos de autor de la viuda de Lowry. En cualquier caso en 1972, año en que escribí el guión, Losey lo hizo imprimir por su cuenta en la forma en que es usual en el cine, un «script» para leer. Así, una pieza literaria destinada solo a los ojos del director, del productor, el fotógrafo, unos pocos actores y no muchos más técnicos». Cabrera Infante, o Caín (como firmaba la mayoría de sus escritos de cine), se refería al guión basado en «Bajo el volcán» -la novela de Malcolm Lowry (1909-1957) de renglones y diálogos envenenadamente retorcidos-, al que puso punto final diez años antes, en 1972, tras el encargo del director y productor Joseph Losey.

Romper la maldición

Han pasado 44 años y ese guión nunca ha visto la luz. Hasta hoy, en que ABC Cultural ha tenido acceso al material. En su momento, ni siquiera se llegó a rodar esta versión (Richard Burton era el candidato a protagonizarlo en el papel del Cónsul) ni se publicó en formato libro. La letra pequeña de los derechos de autor, con productoras cinematográficas de por medio, lían la trama para que resulte harto complicado cualquier movimiento o gestión. Al final, la historia les costó la vida, empujados al alcoholismo y al delirio, a Cabrera Infante (Gibara, Cuba, 1929-Londres, 2005) y al propio Malcolm Lowry, obsesionados con los doce capítulos de una novela que abarca una jornada de doce horas, conforme a la Cábala judía, donde el número doce es el de más alta importancia.

La pasión cinéfila de Caín se remonta a la infancia cubana y se consuma en tres guiones («Vanishing Point», «The Salzburg» «Connection» y «Bajo el volcán») y en muchas críticas de toda clase de películas. La anécdota infantil que se cuenta es memorable: ante la pregunta materna de si prefería «cine o sardina», el niño Guillermo optaba siempre por morder la raspa nutricia de la imaginación cinematográfica. «Cine o sardina» sería, con el pasar del tiempo, el título de la obra que recopila sus escritos cinematográficos. Historias como esta engordan la literatura y la biografía del escritor cubano inicialmente afín a la Revolución castrista y luego exiliado, y espiado (una de sus obsesiones), en las distintas ciudades europeas donde recaló: Madrid, Barcelona, Bruselas, Londres...

Sin perdón

Ni la viuda del escritor inglés, Margerie Bonner, perdonó, ni la del escritor cubano, Miriam Gómez, perdona lo que se fraguó a la sombra de ese volcán mexicano en plena ebullición («la historia de un acoso interior», como lo definió Cabrera). El alcoholismo de Lowry se inscribe en el Olimpo habitado por los grandes dioses del coma etílico y el de Cabrera Infante nace de y en estas páginas volcánicas para condenarle de por vida al desequilibrio mental. Hasta el internamiento en una clínica y el tratamiento cotidiano con litio. «Fue mi labor de Hércules. Hice un viaje a la locura -escribió en 1985-. Describir esta «tournée» mal «tournée» no es aquí pertinente y además es personal». Muchos y tupidos velos han caído sobre este guión y sus consecuencias. A nadie le agradaba recordar ni revivir la maldita historia de (auto)destrucción que esconde. Empezando por sus principales protagonistas: en primera y segunda persona.

Han pasado 44 años y uno de esos contados «scripts» ha llegado a nuestras manos. En su primera página aparece mecanografiada la fecha de 1972 y la ambigua especificación «Day May» (día de mayo). Sobre ella, «First Draft» (primer borrador). En la esquina inferior de la derecha, la dirección en Londres: «Gloucester Road. London SW7». Cabrera Infante entregó este ejemplar a Carmen Virgili, por aquel entonces una joven estudiante en Londres, empeñada en sacar adelante una tesis sobre la compleja novela de Lowry. En concreto, sobre el paisaje y su significado metafórico en «Bajo el volcán». El guión de Cabrera Infante está escrito en inglés desde esta página inicial hasta el «The End». Incluidas las anotaciones de su puño y letra. Solo encontramos la excepción de algunas frases en castellano salpicadas entre los diálogos.

Richard Burton era el candidato a protagonizar la película, interpretando al Cónsul

La trama de la novela se desarrolla en México, con el mezcal patinando en el paladar de sus personajes. Por mucho que la viuda de Lowry odiara con el paso del tiempo y de los acontecimientos ese país, su lengua y puede que hasta sus gentes, los chapurreos mexicanos se cuelan entrelíneas. La propia Carmen Virgili comenta que la viuda, Margerie Bonner, «prohibió» la traducción al castellano de «Bajo el volcán» atenazada por las fobias y otros desequilibrios.

Verdad o leyenda, lo cierto es que hasta el año 1992 no se publica en España la que podemos considerar la versión no primera, pero sí definitiva hasta la fecha. Lo haría Círculo de Lectores, con la traducción del mexicano Raúl Ortiz y Ortiz (fallecido en enero de 2016) y con la siguiente nota del editor: «Una obra fundamental del siglo XX que había desaparecido injustamente del panorama editorial español». El prólogo que acompaña el libro, ilustrado por Gironella, fue escrito por Lowry para la edición francesa de «Bajo el volcán» en 1949. La traducción del mismo corrió a cargo de la propia Carmen Virgili. En esas páginas Lowry resume las muchas vicisitudes para publicar su novela cumbre. El rechazo del editor tras el informe crítico de un lector «profesional» y su larga carta en la que rebate punto por punto las posibles pegas alegadas: desde el exceso de diálogos a un arranque absolutamente «tedioso» y largo. El conjunto de estos rifirrafes espistolares, también traducidos por Carmen Virgili y Raquel Morillo, lo recogió bajo el título de «Malcolm Lowry, detrás del volcán», en 2013 por Gallo Nero.

Sol en las Ramblas

Carmen Virgili recuerda aquellos años londinenses en que marchó para una tesis sobre «Bajo el volcán» que «nadie se la podía dirigir porque Lowry no estaba bien considerado por el "establisment" inglés» y optó «por dirigírsela ella solita». Cabrera Infante, como figura en la primera página del guión, lo escribe en su casa londinense y es allí donde le entrega un «script»: «Quédate una copia por si te puede interesar». «Le comenté que solo encontraba un fallo y le sugerí que quitara alguna cosa», apostilla. Cuenta esto lo mismo que otras anécdotas de Guillermo Cabrera Infante y Federico Fellini en Barcelona, invitados a la Semana de Cine. Les gustaba tomar el sol en las Ramblas más que encerrarse en una sala.

No solo el guión de Cabrera Infante sobre «Bajo el volcán» merece una oportunidad, también la historia de creación y destrucción que le acompaña.

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