DIBUJO

Amparo Sard y la seducción de la forma

La artista mallorquina celebra su primera exposición en una galería madrileña, la de Pilar Serra, con su particular forma de entender el dibujo

Dibujo de la serie «Las relaciones precarias» (2019)

Miguel Cereceda

No sé sinceramente si el tema de sus obras es tan importante para acercarse a su trabajo. Al parecer, la mallorquina Amparo Sard (1973) se encuentra interesada y preocupada por cómo se han transformado las relaciones personales debido a la aparición de las redes sociales . Narcisismo exagerado a través del selfie ; sobreexposición de la intimidad; falsas y precarias amistades, configuradas a golpe de like ; y manipulación de los espíritus críticos y de las voluntades políticas a través de las llamadas fake news . Son los modelos que parecen imponerse. Sard le dedica un enorme y gigantesco abrazo, aparentemente de papel, a esta profusa, a la vez que hueca, «amistad» configurada en el mundo digital.

Supongo que la cosa merece una ulterior meditación, pues no todo se queda en meras apariencias en las redes. Para empezar, han transformado considerablemente nuestro modelo de saber, y nuestra relación con la ciencia, el arte, la cultura y la educación . Pero además, si es posible que las amistades forjadas en la web sean puramente ilusorias, los linchamientos, sin embargo, no lo son. Tan solo hace una semana se suicidó una mujer por la difusión, entre sus compañeros de trabajo, de un vídeo de contenido sexual. De modo que «el abrazo» puede que no sea tan solo de papel.

De hecho, el de Amparo Sard tampoco lo es. Se trata más bien de una gran escultura en fibra de vidrio, colgada del techo de la sala, como la sirena varada de Chillida bajo el puente de Juan Bravo. Pero, frente a la pesada apariencia del hormigón del donostiarra, la obra de la mallorquina es aérea y ligerísima , como de papel. Es en el manejo de las formas y los materiales donde brilla con absoluta elegancia.

Si uno queda fascinado, al penetrar en la sala, con la impresionante belleza de la pieza escultórica suspendida, al rato se da cuenta también del gusto exquisito de la autora por las texturas y los materiales . Tanto un vídeo experimental que explora la plasticidad de las formas, como una escultura en aluminio sobre la pared así nos lo confirman. Y este gusto por la renovación formal de los lenguajes se traslada también hacia la difícil transformación del dibujo. Sin lápiz ni pigmento , Sard moldea y perfora la cartulina, de modo que sus dibujos nos aparecen ahora como auténticos bajorrelieves, dedicados a pensar estas nuevas «relaciones precarias» y falsas amistades que tanto le preocupan. Pero no son ciertamente los temas lo que nos seduce de su trabajo, sino el exquisito tratamiento de los mismos y su original renovación del lenguaje de la escultura.

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