Agnès Martin-Lugand es psicóloga y autoeditó en Amazon su primera novela, «La gente feliz lee y toma café»
Agnès Martin-Lugand es psicóloga y autoeditó en Amazon su primera novela, «La gente feliz lee y toma café» - abc
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Agnès Martin-Lugand: «No veo nada malo en "Cincuenta sombras de Grey"»

Agnès Martin-Lugand subió su primera novela a internet y se convirtió en un «boom». El salto al papel no tardó. Tras el éxito de «La gente feliz lee y toma café» presenta «El atelier de los deseos»

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Agnès Martin-Lugand escribió una novela, la subió a Amazon y se convirtió en un fenómeno de ventas. Una editorial de toda la vida (sí, las que publican libros en papel), que otean todo horizonte habido y por haber para cazar cualquier bicho viviente que le pueda reportar éxito, le echó el lazo y la fichó. Al triunfo de internet se sumó el del papel, y a su primera novela, La gente feliz lee y toma café, le sigue ahora El atelier de los deseos para probar suerte de nuevo. Como todo fenómeno, merece, al menos, un minuto de atención.

¿Qué le impulsó a colgar su libro en una plataforma de internet?

Después de que las editoriales rechazaran mi libro, revisé por última vez el texto y, cuando estuve satisfecha con el resultado, quise probar suerte.

La autoedición estaba emergiendo entonces en Francia, era cada vez más importante. Para mí fue una manera de asumir mi narración, llevaba casi dos años escribiendo esta novela, tenía ganas de presentarla a los lectores. ¡Fue una apuesta! Quería confrontarme con la mirada de los lectores, con su lectura.

¿Se esperaba que fuera a tener tal éxito?

«Al decidir publicarse en autoedición, uno debe tener conciencia profesional»

¡En absoluto! Jamás tuve semejante pretensión. Cuando subí a la red La gente feliz lee y toma café no me consideraba escritora, era una persona que intentaba escribir. Fueron los primeros lectores los que me regalaron ese sentimiento de ser una autora. ¡Estaba muy lejos de imaginar tener éxito!

¿Cuál es su primera reacción cuando recibe la llamada para que su novela se publique en papel?

Me pareció muy raro cuando recibí la primera llamada de mi editor antes de que me propusieran el contrato. Y cuando me dijeron «Vamos a publicarlo en papel» y colgué el teléfono, me quedé pasmada unos minutos, y luego empecé a saltar por toda la casa, riendo y llorando. Pero confieso que tardé mucho tiempo en creérmelo. La verdadera conmoción la sentí el día de la publicación del libro; entré en una librería y vi mi novela, rodeada de novelas de grandes autores. Tomé conciencia de la suerte que tenía.

Está claro que plataformas como Amazon y la autoedición han democratizado la publicación de novelas. ¿Piensa que esto es bueno o, por el contrario, favorece el que todo el mundo, por el hecho de publicar un libro, se considere ya escritor?

«En mi opinión, lo importante es que la gente lea, da igual qué»

No seré yo quien les diga que la autoedición no es algo bueno, ¡con mi trayectoria! Efectivamente, da una oportunidad a todos en el mundo de la edición, en el que las plazas son escasas. Sin embargo, creo que cuando uno decide publicarse en autoedición, debe tener una verdadera conciencia profesional; también debe tener en cuenta que hay que hacer todo el trabajo de un editor: trabajar el texto para que esté lo mejor posible, acudir a un corrector profesional para eliminar las faltas y las erratas. En lo que respecta a la propia consideración como autor, cada cual tiene sus vivencias…

¿Qué prefiere, unas buenas ventas o una buena crítica?

Prefiero el reconocimiento de los lectores… La emoción más fuerte la tengo cuando recibo el mensaje de un lector que me habla de mi novela, que me da las gracias.

¿Le gusta que encasillen sus novelas en el apartado de románticas?

Si partimos de la base de que en cada novela mía hay una historia de amor, y si contar historias de amor me clasifica en la categoría de novela romántica, me parece muy bien y me gusta.

¿Qué piensa de otros fenómenos de ventas como «Cincuenta sombras de Grey», aunque nada tenga que ver esta trilogía con sus libros?

En mi opinión, lo importante es que la gente lea, da igual qué. La literatura es rica en estilos, cada uno escoge entre ellos. No veo nada malo en el éxito de esta trilogía. Si tantos lectores se han sumado, está claro que la novela les procura emociones y les transporta a algún lugar, ¡mejor para ellos! Y ¿quién sabe? Es posible imaginar que algunos lectores le hayan cogido gusto a la lectura gracias a esta novela y hayan buscado otros estilos. Ante todo, respeto la elección del lector.

Como psicóloga que es, ¿qué de psicología y de terapéutico tienen sus dos novelas?

«Si perdiera el favor del público, seguiría escribiendo para mí»

Escribo tal y como soy, recabo material en mis propias emociones para nutrir a mis personajes. Creo en la vida, en las personas que pueden cambiar su rumbo por completo. Considero que solo tenemos una vida, hay que saber aprovecharla, devorarla hasta el final, superarse, seguir hacia delante y mantener la cabeza bien alta ante las pruebas. ¡Seguro que se nota esto en mis novelas! Utilizo mis conocimientos y mi formación cuando construyo una novela, su guión y sus personajes. Necesito tener un conocimiento profundo de su historia; siempre tengo que crearles la herida que explicará sus reacciones a lo largo de la historia. Intento que no sean personajes planos. Voy a la búsqueda de la complejidad de sus caracteres.

¿De alguna manera sus historias están relacionadas con hechos reales, con casos que usted ha conocido en su otra trayectoria profesional?

¡No, en absoluto! Trabajaba con niños pequeños maltratados, y ese no es el terreno en el que sitúo mis novelas. La inspiración para mis historias está en las preguntas que yo me hago como mujer de treinta y seis años, e intento crear una historia, encontrar una posible respuesta, la ilustración de un recorrido vital.

Si alguna vez perdiera el favor del público, ¿seguiría escribiendo?

Definitivamente ¡sí! Primero intentaría entender por qué he decepcionado a mis lectores, entonaría un mea culpa. Y si siguieran sin querer mis historias, continuaría escribiendo para mí. No concibo la vida sin la literatura, me he encontrado a mí misma escribiendo, forma parte de mí esa necesidad de sumergirme en una historia, de fundirme con mis personajes. El día que esto ocurra, me diré: «Lo he vivido, tengo una suerte increíble, y eso no tiene precio». Nadie podrá quitarme esta experiencia fabulosa.

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