Juan Díaz: «Quiero sacar a la acuarela del ostracismo»

El artista presenta en la galería Haurie la exposición de acuarelas titulada «Desde la emoción»

Juan Díaz en la galería Haurie ABC

Marta Carrasco

Juan Díaz (Toledo,1953), es una de esas personas que un buen día, pese a tener una estupenda situación laboral, decidió dar un cambio radical en su vida y se convirtió en pintor.

Estos días presenta en en la galería Haurie de Sevilla la muestra titulada «Desde la emoción», una exposición que tiene además una peculiar característica: la acuarela.

Veintisiete piezas de acuarela , aunque a veces no tradicional, y no sólo sobre papel, sino incluso con instalación en soportes de metacrilato, lo que le da a la técnica tradicional otro punto de vista más novedoso. «Es una acuarela un poco distinta. Llevo muchos años trabajando en ello. Yo que vengo del óleo y del acrílico, me propuse sacar la acuarela del ostracismo en el que estaba, pero dándole un carácter diferente. Es ver la acuarela que poco a poco llega hasta el punto máximo de abstracción, pero sin forzar».

Juan Díaz piensa que al público sí le gusta la acuarela, « en España hemos visto sólo a Fortuny que hizo cosas maravillosas de Marruecos y otros lugares, pero salvo honrosas excepciones se ha hecho un mal uso de la acuarela y abuso, también. A veces se dice acuarelista en término peyorativo. Yo estoy en contra. Yo soy pintor, y luego me expreso con óleo, acrílico o acuarela...».

Como pintor dice que la acuarela es difícil, «pero te da otros matices que no te da el óleo. Y, además, no todo el mundo saber pintar acuarela, aunque no me atrevía a decirlo. Eres pintor y tienes que pintar desde la emoción, porque si no, no transmites nada de lo que quieres transmitir».

Poner la técnica al servicio de la emoción es necesario, «la técnica en la acuarela te da unas formas muy caprichosas, y tienes que dominar la técnica, pero no al revés, no debes caer en los efectos fáciles».

La gama cromática de la obra de Juan Díaz se aleja de la estridencia , «la gente me dice que es hasta relajante, y yo, que soy una persona inquieta, sin embargo en la pintura es lo que hago. Pero también es verdad que es fruto de mucha contemplación, de ver y vivir. Cuando pinto una playa, no pienso sólo en mero objeto decorativo, sino algo más, que sea la sugerencia, y si lo tienes en tu casa, que seas tú quien le de la última pincelada. Que sea un espacio para vivir y para soñar».

Pinta siempre al natural, «porque mi pintura es atmosférica. Me voy a Venecia e intento captar esa neblina de la ciudad. Tu puedes tener una foto y pintar de ahí, pero eso lo termina notando el espectador».

Volviendo a sus orígenes, Juan Díaz trabajaba en 1992 en la compañía Iberia, «estuve veinte años llevando la imagen corporativa de Iberi a , y ese año pedí la cuenta para dedicarme a pintar. Me dijeron muchos que estaba loco, y yo les decía, yo sé de lo que soy capaz y me ha ido bien».

Se muestra alejado de la tecnología, «para mi chatear es tomar un chato de vino», bromea, «yo en mi trabajo había manejado el ordenador a diario, y cuando empecé a pintar decidí dejar el tema de los ordenadores, y creo que me he pasado. La tecnología está muy bien, pero parece que ya no sabemos vivir sin ella». Cree que no se puede comprar arte por Internet, «se pierden matices y se tiene que ver la obra. Sólo para una primera aproximación, Internet puede estar bien».

Admira a Tuner y a Zobel , «por su capacidad de transmtir sueños», y su obra se encuentra en el «abismo» entre la abstracción y la figuración. Desde hace años expone en Nueva York, Miami, además de Caracas, Bogotá y Buenos Aires, donde vendió su última exposición al completo y donde hizo «Al Sur del Sur», «una exposición homenaje al pueblo argentino».

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