Largas colas frente al Coliseo debido al cierre por asamblea sindical
Largas colas frente al Coliseo debido al cierre por asamblea sindical - abc

El cierre del Coliseo y el Foro Romano por asamblea sindical causa indignación en turistas y Gobierno

Matteo Renzi, declara: «No seremos rehenes de los sindicalistas», y anuncia la aprobación de un decreto ley para incluir los museos y lugares de cultura en los servicios públicos esenciales

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Ha sido una mañana de caos para los turistas que se acercaron al Coliseo, al Foro Romano y otros importantes lugares arqueológicos de la capital. Se formaron largas colas porque, sin previo aviso, las ventanillas estaban cerradas, mientras los trabajadores de estos monumentos, funcionarios públicos, justificaban su ausencia por estar reunidos en asamblea, un eufemismo para encubrir una «huelga» ilegal o forma de protesta de los sindicatos contra el Gobierno.

El malestar e indignación de los turistas se ha mantenido hasta que se abrieron de nuevo las ventanillas. Mayor aún ha sido la ira del primer ministro, Matteo Renzi, y del titular de Bienes Culturales, Dario Franceschini, quienes han mostrado, sin rodeos, que están hasta el gorro de ciertas actitudes de los sindicatos, porque estas asambleas se han producido ya en varias ocasiones, incluso en Pompeya, dañando la imagen turística de Italia, un sector que representa más del 10 % de su Producto Interior Bruto.

La reacción del Gobierno ha sido durísima: «No dejaremos que la cultura sea rehén de esos sindicalistas contra Italia. Hoy mismo un decreto ley», ha escrito Matteo Renzi en Twitter. Con la misma ira se ha expresado el ministro Franceschini: «Basta ya». En un comunicado, el titular de Bienes Culturales, que ya se había lamentado de los «daños incalculables» que estos cierres y asambleas causan a Italia, ha hecho público un comunicado que refleja toda la rabia del gobierno contra los sindicatos: «Justo en el momento en que la tutela y valorización de los bienes culturales han vuelto, después de años, al centro de la acción del gobierno, justo mientras los datos del turismo vuelven a ser extraordinariamente positivos, justo mientras la Expo y el Jubileo hacen que el mundo dirija la atención hacia Italia, justo cuando elaboramos los presupuestos para dotar de recursos a la cultura y al personal del ministerio, una nueva asamblea sindical, esta vez en el Coliseo y en los más importantes lugares arqueológicos de Roma, hace que los turistas permanezcan en fila ante los ojos de todo el mundo. El sentido común para aplicar las reglas y ejercitar derechos evidentemente no basta ya para evitar daños al propio país», subraya en su comunicado el ministro de Bienes Culturales, quien ha anunciado que el Consejo de ministros aprobará «un decreto ley para incluir los museos y lugares de cultura en los servicios públicos esenciales».

La líder del sindicato mayoritario, Susanna Camusso, ha replicado que «una asamblea de trabajadores es democracia; nos estamos convirtiendo en un extraño país: cada vez que hay una asamblea sindical se dice que no se puede hacer», ha subrayado Camusso, en clara confrontación desde hace meses con el gobierno Renzi.

Las críticas contra los sindicatos han sido generales: Tanto los partidos de derecha como de izquierda han calificado de «inaceptable» la actitud sindical. El mismo ataque han lanzado contra los sindicatos la organización de empresarios de hostelería y asociaciones de consumidores, subrayando el «enorme daño que se hace a la imagen de Italia en el mundo».

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