Los toros de Costitx o la Lex Malacitana, otras piezas en disputa junto a la Dama de Elche

El Gobierno central ha rechazado en anteriores ocasiones su traslado a las comunidades de origen alegando que el Museo Arqueológico Nacional «cumple un papel de representación de los pueblos y culturas que han trazado la historia de España»

La crisis en Cultura destapa el peligro de romper el Museo Arqueológico Nacional

Uno de los toros de Costitx Museo Arqueológico Nacional

M.A.

El futuro de la Dama de Elche, pero también el de los toros de Costitx o de la Lex Flavia Malacitana están en juego. La presión del ministro de Cultura, Miquel Iceta , para que se apruebe el retorno a sus comunidades de origen de estas históricas piezas del Museo Arqueológico Nacional habría sido el detonante de la dimisión de la historiadora Dolores Jiménez-Blanco como directora general de Bellas Artes.

Poco después de su renuncia, a modo de aviso de navegantes para el posible sucesor de Jiménez-Blanco, el alcalde de Elche (Alicante), Carlos González, ha querido dejar claro que la cesión temporal de la Dama es un objetivo «absolutamente irrenunciable» para la localidad y aunque ha admitido que la posición «mayoritaria» entre los técnicos «no es proclive» al traslado del busto, ha remarcado que el equipo de gobierno ilicitano seguirá «recorriendo el camino marcado» para que llegue cedido en el último trimestre de 2022.

La Dama de Elche Matías Nieto

Ya en 2017 el Gobierno central rechazó el regreso a Elche de esta emblemática escultura ibérica por «razones de índole históricas» subrayando que es un bien del Patrimonio Histórico Español, asignado a la colección estable de un museo de titularidad estatal adscrito al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, por lo que «le es de aplicación y obligado cumplimiento» la normativa de museos en cuanto a procedimientos y desempeño de funciones.

«El Museo Arqueológico Nacional, como museo del Estado, cumple un papel de representación de los pueblos y culturas que han trazado la historia de España a lo largo del tiempo y se configura como seña de identidad del conjunto de la arqueología española, tanto en el marco nacional como en el internacional. Es en este ámbito donde la Dama de Elche cobra sentido como referente de la cultura ibérica», apuntó entonces el Ejecutivo. Además, reiteró que la escultura forma parte de «un patrimonio histórico común, que le dota de una proyección por encima de su ubicación geográfica o de su ámbito local». Por esta razón, entendía que el MAN, museo estatal y cabecera de su disciplina, era «la sede idónea para garantizar la responsabilidad que tiene encomendada».

Los toros de Costitx

El Gobierno balear también se ha apresurado a reclamar el regreso a las Islas de los toros de Costitx , como pidió a principios de la legislatura. «Los bienes culturales deben estar en las Comunidades Autónomas», han subrayado fuentes de la Conselleria de Fondos Europeos, Universidad y Cultura a Europa Press.

Toro de Costitx Museo Arqueológico Nacional

Estas tres cabezas de bronce de la Segunda Edad del Hierro fueron halladas en el siglo XIX en el santuario del Predio de Son Corró (Mallorca), que estuvo en funcionamiento desde el siglo V antes de Cristo hasta la conquista romana, junto a un asentamiento talayótico. Se interpretan como la representación de una divinidad de ámbito mediterráneo, más que como elementos de culto al toro, según señala el catálogo del MAN. El santuario era un espacio rectangular con ábside en la cabecera y las tres esculturas de dos cabezas de toros y una de becerra, realizadas en fundición a la cera perdida y huecas en su interior, presidían las ceremonias. Se cree que estarían colocadas sobre fustes de columnas.

También se ha planteado la posibilidad de que antes de ser colgadas en el santuario hubieran servido como mascarones en la proa de un barco, como las naves de la cultura nurágica de la Cerdeña prehistórica, ya que estos barcos sardos tenían mascarones en forma de cabezas de toro y ciervo. Habrían sido ofrendados posteriormente al santuario por los propios navegantes o por indígenas mallorquines que hubieran capturado las naves.

En estos santuarios talayóticos que se encontraban ligados a un poblado se ofrecían sacrificios de animales a las divinidades locales. Entre las ofrendas se han encontrado objetos de bronce, como cuernos y orejas de toro, y diversas cerámicas. El MAN señala que no se puede asegurar con certeza que fueran fabricados en las islas, aunque es posible que existiese un taller de fundición en el santuario, ya que en él se han encontrado numerosas piezas de bronce, todas alusivas a la figura del toro, que servían de ofrendas. «Debido a su perfección técnica se discute sobre si es una obra indígena o importada», indica.

La Lex Flavia Malacitana

En cuanto a la Lex Flavia Malacitana , un texto legal promulgado en torno al año 74 de nuestra era y contenido en una plancha de bronce que fue hallada por dos obreros en Málaga en 1851, el Gobierno central rechazó en 2018 la posibilidad de una cesión permanente o temporal de la pieza al Museo de Málaga .

Lex Flavia Malacitana Museo Arqueológico Nacional

La reclamación se activó con la inauguración del museo, según explicó entonces el ' Sur '. El PSOE presentó en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley que planteaba el regreso de Lex Flavia y obtuvo una rotunda negativa por parte del Ejecutivo entonces. Argumentó el Gobierno que dado el extraordinario valor de esta pieza «de primer orden a nivel mundial» que «refleja la realidad jurídica, administrativa e incluso cotidiana de las ciudades romanas de la Bética y que sirvió de modelo para los fundamentos del Derecho actual», nunca había salido del MAN desde la fecha de su adquisición y que existían desde 1994 reproducciones exactas de estas tablas, para atender el elevado número de peticiones de préstamo en exposiciones temporales nacionales e internacionales.

De nuevo el Gobierno recordaba que el MAN «cumple un papel de representación de los pueblos y culturas que han trazado la historia de España » y que la Lex Flavia Malacitana «forma parte de un patrimonio histórico común que le dota de una proyección por encima de su ubicación geográfica o de su ámbito local».

La Lex Malacitana fue encontrada en 1851, junto a la ley Salpensana, en la parte norte del Barranco de los Tejares por dos obreros que extraían arcilla y se sorprendieron al oír un sonido metálico cuando golpearon con sus picos. La obra había sido protegida por quien la ocultó allí con un lienzo y una barrera de ladrillos para aislarla de la humedad. Los obreros, que ignoraban su valor, la vendieron a un velonero que quiso fundirla para fabricar nuevas piezas. Por fortuna, fue adquirida antes por el matrimonio Loring, que la expuso en el Museo Loringiano hasta que fue llevada al MAN.

Los bronces jurídicos romanos se colocaban en los muros de los edificios. En esta plancha de bronce de siete milímetros de espesor, 1,20 por 0,87 metros y casi 90 kilos de peso, el texto está escrito en cinco columnas, con los artículos 19 artículos (del 51 al 69) de la legislación del Municipium Flavium Malacitanum (Málaga).

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