Pinito del Oro, la gran estrella mundial del circo que vivió sin red en el trapecio y en la vida

Cristina del Pino segura se convirtió en los años 50 en una estrella mundial del circo. Era la última de 19 hermanos de una familia canaria dedicada al espectáculo. Hacía un triple salto mortal sin red a 16 metros de altura. Triunfó en EE.UU. y volvió a España para retirarse en el Price en 1970

Sufrió tres gravísimas caídas que estuvieron a punto de costarle la vida
Pedro García Cuartango

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Vivió sin red en el trapecio y en la vida. El transcurso del tiempo ha ido agrandando la leyenda de Cristina del Pino Segura , conocida como Pinito del Oro, que llegó a convertirse en los años 50 en una estrella mundial del circo tras ser contratada para el espectáculo de los hermanos Ringling. Su fama la llevó a ocupar la portada del New York Times y de otras publicaciones estadounidenses.

Había nacido en Las Palmas en 1931 en el seno de una familia dedicada al circo. Era la última de los 19 hijos que tuvo su madre, que se negó a que Cristina continuara la tradición, consciente de la dureza del oficio: « Ésta no va a ser artista . La pequeña me la reservó para mí».

No pudo ser porque una hermana mayor falleció al volcar el camión en el que viajaba a Sevilla. Su padre la obligó a sustituirla como equilibrista en el circo de los Hermanos Segura, en el que trabajaba todo el clan familiar. Siendo todavía una adolescente , empezó a subirse al trapecio.

El representante europeo de los hermanos Ringling la vio actuar en Valencia en 1950 y quedó cautivado . La convenció para que diera el salto a Estados Unidos. Pero como tenía 19 años y entonces no era mayor de edad, se tuvo que casar con Juan , un matrimonio en el que fue profundamente desgraciada.

Ella misma confesó que la pareja sólo funcionaba cuando Juan se colocaba bajo el trapecio para recogerla. Ambos se separaron y ella continuó su carrera, pero siempre sin red a pesar de que su número favorito era un triple salto mortal a 16 metros de altura.

Sufrió tres gravísimas caídas que estuvieron a punto de costarle le vida. En Huelva, cuando sólo tenía 17 años , se fracturó el cráneo y permaneció ocho días en coma . Posteriores accidentes la dejaron muy mermada físicamente hasta el punto de que tuvieron que operarla para enderezar los dedos de sus pies.

Pinito del Oro era una mujer culta y amante de la lectura porque su madre se preocupó de que pudiera compatibilizar el trabajo con los estudios. De hecho, escribió tres novelas y llegó a finalista de varios prestigiosos premios.

Se retiró del trapecio en 1961 para ocuparse de sus hijos, pero volvió siete años después. Reapareció en el circo Price de Madrid, donde abandonó definitivamente el mundo del espectáculo en 1970 tras haber cumplido los 39 años. Entonces ya era una leyenda. «No hagas el Pinito del Oro porque te vas a pegar un trompazo», le decía su abuela al autor de este artículo cuando era un niño en Miranda de Ebro.

Cristina Segura era una mujer independiente y orgullosa , una precursora del feminismo sin saberlo. La prueba es que Cecil B. DeMille la intentó fichar para hacer una película de circo y ella se negó porque el productor no quería que su nombre figurara en el reparto.

Tras recibir numerosos premios y agasajos, falleció en 2017 en su ciudad natal a los 85 años. Muchos jóvenes desconocían quién era, pero Pinito del Oro siempre será recordada por quienes la vimos con el corazón encogido cuando saltaba al vacío . Sirvan estas líneas para rendir homenaje a esta gran dama del circo y de la vida .

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