Junot Díaz, tras las acusaciones de acoso sexual: «No besé por la fuerza a nadie, aquello no sucedió»

Tras meses de silencio, el escritor ha concedido una entrevista en la que niega su mala conducta y se muestr «angustiado, confundido y aterrado»

El escritor Junot Díaz en Barcelona en 2013 EFE

ABC

El escritor Junot Díaz , ganador del premio Pulitzer en 2008 y profesor de escritura creativa en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), fue acusado de agresión sexual el pasado mes de mayo. Tras dos meses en silencio, ha concedido su primera entrevista a «The Boston Globe» , donde ha afirmado sentirse «angustiado, confundido y aterrado» por las acusaciones e insiste en negar que haya tenido una conducta sexual inapropiada: «No besé por la fuerza a Zinzi Clemmons, no besé a nadie, no sucedió».

Durante la entrevista ha hecho referencia a sus escritos, donde describe personajes masculinos que se comportan mal con las mujeres, realizando una distinción entre el artista y su obra, entre una mala conducta sexual y las relaciones de pareja fallidas. «Hay una línea entre ser un mal novio con remordimientos y actuar como un depredador», ha dicho.

Zinzi Clemmons acusó públicamente a Díaz durante un festival literario en Sídney (Australia) por ser «forzada a besarle» a la salida de un taller en la Universidad de Columbia. La escritora no especificó nada más durante su intervención, pero más tarde utilizó Twitter para contar su historia. Como estudiante de postgrado, Díaz la invitó a dar una charla y el escritor «lo usó como una oportunidad para arrinconarme y besarme por la fuerza». Entonces, Díaz no respondió. «Sentía que la gente había pasado directamente a la fase de castigo», se ha justificado ahora.

En el comunicado que hizo público, a través de su agente, para explicar las acusaciones, Díaz sólo generó más dudas: «Asumo la responsabilidad de mi pasado. Esa es la principal razón por la que decidí decir la verdad sobre mi violación y sus consecuencias dañinas. Esta es una conversación importante. Y debemos continuar enseñando a todos los hombres sobre el consentimiento y los límites», rezaba el texto. En la entrevista con «The Boston Globe», el escritor no ha aclarado a qué se refería al hablar del «consentimiento» y los «límites» y ha confesado que esa declaración es, de hecho, «lo peor que he escrito».

Clemmons, «lejos de ser la única», animó a que otras mujeres saltaran a las redes en contra del reconocido escritor. Entre ellas, Alisa Rivera relató el encuentro con el profesor que la dejó entre un mar de lágrimas. «Creo que deberíamos tener una conversación más seria sobre el tema», comentó en Twitter.

Estas declaraciones surgieron poco después de que el propio Díaz alzara la voz confesando que él también sufrió una violación cuando tenía ocho años . El propio autor ha hecho referencia varias veces durante la entrevista a esa terrible experiencia que lo dejó «quebrado» y a la vez sensible a los problemas planteados por el movimiento #MeToo: «Para alguien como yo, que es víctima y sobreviviente, lo que importa es el movimiento».

En defensa del autor, grandes amigos e incluso ex novias, como la psicóloga Wendy Walsh , han dado la cara dando fe de su carácter. Walsh salió con Díaz durante cuatro años de manera intermitente. La psicóloga fue una de las primeras mujeres en denunciar al ex presentador de Fox News, Bill O'Reilly, por acoso sexual. Y califica a Junot Díaz como «el último chico malo», comparándolo con uno de sus personajes, Yunior, que teniendo fallos nunca se comportó de manera abusiva.

La condena pública por sus supuestos delitos ha supuesto para Díaz su dimisión como presidente del premio Pulizer un mes después de su nombramiento. Actualmente hay una investigación en curso para determinar el futuro del actual miembro del consejo del galardón.

Sin embargo, su actividad como docente en el MIT sigue vigente. La universidad realizó una investigación contactando con los estudiantes a los que había dado clase Díaz y con el personal de la universidad. Tras la evaluación –recibió una calificación promedio de 6,82 sobre 7–, se determinó que «no se ha encontrado ni recibido información que nos lleve a tomar las medidas necesarias para restringir el papel del profesor Díaz como miembro de la facultad del MIT». Además, sigue ejerciendo como editor de ficción en la revista «Boston Review», después de una cuidadosa «revisión de las quejas públicas y las entrevistas con escritoras de color» que no revelaron ningún motivo para despedirlo.

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