La Cruza de Lampedusa
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La Cruz de Náufragos de Lampedusa llega al Museo Británico

El director saliente del British escoge esa simbólica adquisición para cerrar su etapa

CORRESPONSAL EN LONDRES Actualizado: Guardar
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Neil MacGregor, director del Museo Británico de Londres desde 2002, vivió ayer su última jornada de trabajo en la institución, de donde se marcha con un excelente cartel a sus 69 años. Además ha convertido al British en el segundo centro más visitado del mundo tras el Louvre. En su etapa el público ha subido de 4,6 millones de personas al año a 6,7. Su última adquisición para la colección no ha podido ser más simbólica y más hermosa. Es una pieza modesta, de 38 centímetros de alto, y en madera basta de barco pintada de azul y amarillo. Su autor tampoco es ningún artista de firma, sino un carpintero anónimo. Pero la carga emocional es enorme, porque se trata de la Cruz de Lampedusa, construida con tablas de una barcaza de inmigrantes que naufragó en octubre de 2013, dejando 349 muertos frente a la isla italiana.

El barco traía a 500 personas desde Eritrea, la mayoría cristianos perseguidos por la dictadura militar. El autor de la cruz se llama Francesco Tuccio. Tras la tragedia trabó contacto en la iglesia local con algunos de los 151 supervivientes. Contrito por no poder hacer nada por ellos, se le ocurrió ayudar a recordar el drama y honrar a los muertos recogiendo tablas del naufragio para formar con ellas una cruz. La iniciativa dio la vuelta al mundo cuando el Papa Francisco la empleó como báculo en su visita a la pequeña isla, de 5.000 habitantes. Allí, en una homilía memorable, clamó contra «la globalización de la indiferencia»: «¿Estamos anestesiados ante el dolor ajeno?», preguntó el Papa a Europa. También se refirió a «la carga de dolor y esperanza» de la cruz azul y amarilla.

MacGregor hizo una oferta al carpintero para incorporar la pieza a la colección del British, pero Tuccio le contestó haciendo una nueva gratis. McGregor lo agradece así: «Gracias a la generosidad de Tuccio, los visitantes del Museo verán reflejado un momento significativo de la historia de Europa. Este simple objeto que todavía nos emociona es un regalo conmovedor para la colección».

En Lampedusa, la iglesia local también luce un nuevo crucifijo, una gran escultura de la pasión de Cristo que regaló Raúl Castro a Francisco durante su pasada visita a Cuba. El mes pasado el Papa la donó a Lampedusa. Es una obra del artista cubano actual Alexis Leyva Machado, conocido como Kcho. La cruz la forman remos de barcos.

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