Mausoleo de los Amantes de Teruel
Mausoleo de los Amantes de Teruel - abc
LEYENDAS

«El origen de los Amantes de Teruel es un códice mandado escribir a finales del s.XV por la familia Marcilla»

El historiador Fernando López Rajadel sospecha que las momias halladas en 1553 son en realidad madre e hijo

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Juan Martínez de Marcilla no cayó muerto porque Isabel de Segura se hubiera casado en su larga ausencia y se negara a darle un beso. Tampoco la joven cayó desplomada sobre el cadáver del caballero cuando en su funeral le mostró finalmente su amor. Así al menos lo cree el historiador Fernando López Rajadel, quien asegura que la historia de los Amantes de Teruel forma parte de un códice muy mutilado que conserva la Biblioteca de Cataluña, el manuscrito 353, que mandó escribir la familia Marcilla a finales del siglo XV para ensalzar su linaje. Se trata, según el experto, de un relato de ficción y no de una narración histórica.

«La leyenda de los Amantes de Teruel, con su amor romántico, y la de la Enterrada Viva de Alfambra, sobre un adulterio, son leyendas complementarias que formaban parte del manuscrito que hoy se conserva en Barcelona», afirma López Rajadel.

Las tres hojas originales del códice con el relato de los amantes se perdieron. Sin embargo, el notario, secretario y archivero del Concejo de la ciudad de Teruel Yagüe de Salas pudo copiarlas a principios del s. XVII.

«Yagüe de Salas había publicado en 1616 un libro muy pesado para el gusto de ahora llamado "Epopeya trágica", que fue prologado por Cervantes y Lope de Vega, en el que recogió la historia de los amantes», explica el investigador turolense. El cronista oficial de Aragón Vicencio Blasco de Lanuza puso en duda que el relato hubiera existido realmente y Yagüe de Salas, ofendido, buscó en los archivos de Teruel. Allí encontró el famoso libro de linaje de la familia Marcilla, que ya estaba bastante deteriorado y al que se le habían desprendido varias hojas, entre ellas las de la historia de los amantes que copió.

Los Marcilla, que fueron señores de Escriche, al quedar sin descendencia habían legado sus bienes a la institución de la Santa Limosna fundada por Francés de Aranda, cuya administración tutelaba el concejo de Teruel. De ahí que Yagüe encontrara el manuscrito en los archivos.

Al escrito original se le habían añadido, sin embargo, notas adicionales como una fecha, la que sitúa los hechos en 1217, que Yagüe copió fielmente como el resto del documento. «Todas las fechas aparecen en el libro en números romanos, menos ésa», cuenta López Rajadel.

¿Madre e hijo?

El historiador especializado en la Edad Media turolense sospecha que fue el procurador de la Santa Limosna quien añadió esta fecha. Juan Pérez Arnal, un rico burgués que había comprado la casa de los Marcilla, era además el dueño de la capilla de la iglesia de San Pedro donde en 1553, siendo su hijo juez de Teruel, se descubrieron las famosas momias. No fue casualidad el hallazgo, considera López Rajadel. «Suena todo a un montaje de esta familia».

A su juicio, las momias seguramente sean de antepasados de los dueños de la capilla que fueron allí enterrados y cuyos cuerpos, con el clima seco y frío de Teruel, se momificaron. «Si en Teruel hubiera voluntad de aclarar las cosas, se sabría con certeza», se lamenta el historiador.

Los resultados de las pruebas con carbono 14 dados a conocer en 2004 probaron que los restos que reposan en los sarcófagos labrados por Juan de Ávalos corresponden a un hombre y una mujer que murieron a principios del s. XIV. Sin embargo, si se encargara un análisis más detallado López Rajadel está convencido de que «se descubriría que esa señora fue madre y que, por tanto, no fue Isabel de Segura».

El pormenorizado escrito de Yagüe de Salas sobre la exhumación de los cuerpos ya describe a la mujer «con caderas anchas» propias de haber tenido hijos, apunta. «Por los datos históricos y la documentación que se conoce», el historiador turolense sospecha que las momias corresponden en realidad «a una madre y un hijo».

Conrado Guardiola, autor de « La verdad actual sobre los Amantes de Teruel», ve posible la historicidad del relato. «Guardiola, que es profesor de Literatura y con el que tengo una relación cordial, está convencido de que hay una cita en la obra del s. XV "Triste deleytaçión" que se refiere a los amantes de Teruel», comenta Fernando López. Este experto añade, no obstante, que Vicenta Blay Manzanera, de la Universidad de Valencia, «ve claro que no es una alusión».

López Rajadel, que expuso su argumentación en el libro «Amor falso, amor verdadero» editado por Trafford en 2010, está a punto de publicar de la mano del Instituto de Estudios Turolenses una reconstrucción del manuscrito de la Biblioteca de Cataluña. El investigador, que ha comparado el «papel de letra antigua» con el resto del códice, confirma que «sí pertenece» al manuscrito. «El origen queda claro con esta publicación que saldrá antes de final de año», asegura.

«Interesante debate histórico abierto»

La Fundación de los Amantes de Teruel señala, por su parte, que «la tradición en torno a los Amantes parece remontar su origen al siglo XIII, en plena Edad Media». Esta referencia cronológica «ha sido generalmente defendida y aceptada por la historiografía más tradicional», aunque admite que «es un dato que todavía hoy continúa sin confirmar», y que ha dado lugar a «un interesante debate histórico que permanece abierto en la actualidad».

En cualquier caso, subraya la institución que mantiene y difunde la tradición, «el paso de los años ha convertido a los Amantes de Teruel en parte de la historia de la ciudad» de tal modo que «son uno de los elementos distintivos que la hacen reconocible y símbolo de identidad entre sus habitantes».

«Generación tras generación, ha sido conservada a través de los siglos hasta llegar hasta nuestros días, siendo considerada una de las tradiciones más importantes y antiguas de la ciudad», subraya.

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