¿Cuál es el origen de la locución a hombros de gigante?

El avance de la ciencia es un empeño comunitario, en donde cada paso se produce sobre la impronta que dejaron otros

«Si he podido ver más allá es porque me encaramé a hombros de gigantes», dice la famosa frase Adobe Stock

Pedro Gargantilla

El grupo musical estadounidense musical R.E.M. y el británico Oasis tienen dos canciones con letras similares, en ambas aparece la rima «standing on the shouldiers of giants» -subidos a hombros de gigantes-.

Una letra que rememora una de las citas más conocidas dentro del campo de la ciencia: «Si he podido ver más allá es porque me encaramé a hombros de gigantes». Su origen se atribuye erróneamente al físico inglés Isaac Newton (1643-1727). Esta cita, por cierto, aparece recogida en el canto de las monedas de dos libras esterlinas.

Cuando Newton la utilizó en una epístola no ignoraba que el clérigo y erudito inglés Robert Burton (1577-1640) en su obra «Anatomía de la melancolía» había escrito: «los pigmeos colocados sobre hombros de gigantes ven más lejos que los gigantes mismos».

A pesar de todo, el origen de la bella sentencia tampoco era suya. Para rastrearlo tenemos que remontarnos hasta el siglo XII. En aquella centuria vivió Bernardo de Chartres , uno de los más prestigiosos escolásticos. En el libro «Metalogicon», uno de sus discípulos –Juan de Salisbury- escribió:

«Decía Bernardo de Chartes que somos como enanos aupados a hombros de gigantes, de manera que podemos ver más cosas y más lejanas que ellos, no por la agudeza de nuestra vida».

¿A qué gigantes se refería Newton?

Newton recurrió a ella en una epístola fechada el 15 de febrero de 1676 y dirigida al filósofo y físico Robert Hooke (1635-1703). Respecto a la auténtica intención de la cita, una cortina de humo se cierne sobre ella.

En aquellos momentos mantenía un acalorado litigio con Hooke, que pretendía adjudicarse, sin razón, la invención del telescopio reflector. Una autoría que Newton no estaba dispuesto a tolerar.

Dado que Hooke era de muy pequeña estatura, quizás fue aquí donde se fijó el pusilánime Newton cuando la garabateó, con un propósito más mordaz que lo que habitualmente se ha querido dar a entender.

En cualquier caso, desde entonces se utiliza de forma positiva y se ha convertido en una referencia obligada para significar que los logros de un científico se levantan sobre la obra de sus predecesores.

En el año 2004 el científico Stephen Hawking publicó un tratado titulado «A hombros de gigantes», en el cual señalaba los tres colosos sobre los que se apoyó Newton:

Nicolás Copérnico, Galileo Galilei y Johannes Kepler.

Gigante entre los gigantes

En cierta ocasión, le preguntaron al divulgador científico Isaac Asimov quién era, a su juicio, el científico más grande de toda la Historia. Después de quedarse unos segundos en silencio, respondió que tenía dudas sobre quién colocar en segundo lugar.

Asimov consideraba que para este puesto había una dura liza entre Albert Einstein, Ernest Rutherford, Niels Borh, Louis Pasteur, Charles Darwin, Galileo Galilei, Arquímedes y algunos otros. Pero lo que sí tenía claro era que el científico de mayor talento había sido Isaac Newton.

Para finalizar una curiosidad. La preciosa cita da nombre al programa decano de la divulgación científica de la radiodifusión española: “A hombros de gigantes”.

Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación.

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