El desarrollador reconoce en una entrevista que también usa una esponja húmeda en ocasiones
El desarrollador reconoce en una entrevista que también usa una esponja húmeda en ocasiones - captura de youtube

Un ingeniero pasa 12 años sin ducharse gracias a un espray de bacterias

El aerosol contiene bacterias encontradas en el suelo. Aseguran que con ellas basta para conseguir una higiene adecuada y acabar con los microbios que causan el mal olor

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Las bacterias están casi por todas partes. Algunas de las que entran en las glándulas, en los folículos y en la epidermis humana llevan a cabo fermentaciones que pueden producir compuestos malolientes y desagradables, y otras pueden infectar el organismo o producir una respuesta inflamatoria, entre otras complicaciones. En parte por eso, las personas se duchan y se lavan las manos, y en parte por eso, el siglo XX fue testigo de un aumento espectacular de la esperanza de vida gracias a las medidas de higiene y al uso de los antibióticos.

Sin embargo, desde hace unos años también se sabe que una higiene excesiva puede resultar perjudicial para la piel. Sabiendo esto y en parte dejándose llevar por la moda del retorno a lo natural, una empresa llamada « AOBiome» lleva años comercializando un espray de bacterias inocuas, llamado « Mother Dirt

», que dicen que tienen la capacidad de desplazar a las perjudiciales. Llevando estos supuestos beneficios al extremo, David Whitlock, un ingeniero del Instituto Tecnológico de Massachussets, ha ido un paso más allá y en una reciente entrevista ha asegurado que lleva 12 años sin ducharse.

«No me he duchado en 12 años», ha dicho Whitlock en la cadena «WBZ-TV». «Nadie hizo pruebas clínicas con gente que se duchase cada día. Así que no hay base para asumir que esto sea una práctica saludable».

El secreto para Whitlock es un espray que contiene unas bacterias vivas que deben rociarse dos veces por la piel. Cuando hace falta más «artillería», el ingeniero reconoce que usa una esponja humedecida con agua.

¿El fin del champú?

Su ambicioso proyecto de sustituir el jabón y el champú por este espray, y por ello de vender su producto, no conoce límites: «Me gustaría que cien mil millones de personas usaran esto», ha reconocido. De momento, la compañía asegura que en el futuro harán pruebas para probar los beneficios de sus productos por ejemplo para el tratamiento del acné.

Tal como explicó Julia Scott en « The New York Times Magazine», los desarrolladores explican que el espray contene una bacteria conocida como Nitrosomonas eutropha, una especie que se encuentra en el suelo y en el agua no tratada y que, según dijeron los desarrolladores del producto, actúa como limpiador, desodorante y potenciador del sistema inmune de forma natural, alimentándose del amonio del sudor, y transformándolo en nitritos y óxido nítrico. «Son muy inocuas», explicó Spiros Jamas, uno de los responsables de la empresa. De hecho, el espray es transparente y sabe a agua.

La idea de esta compañía surgió cuando Whitlock investigaba cuánto sudaban los caballos y empezó a preguntarse por qué estos rodaban por el suelo para darse baños de arena, al igual que otros muchos animales (como algunos pájaros). Investigó la composición de los microbios ahí presentes y aisló las bacterias que degradan el amonio del sudor.

Una piel más suave

Mientras avanza el proyecto para la secuenciación del microbioma humano (todo el conjunto de microbios que vive dentro o sobre el cuerpo humano) y se siguen añadiendo conocimientos para entender ese universo microscópico, algunos científicos exploran la idea de usar bacterias para luchar contra otras bacterias en vez de usar compuestos químicos. De momento compañías cosméticas como Loréal, Clinique y Esteé Lauder usan varios tratamientos basados en extractos de bacterias.

Tal como informó Julia Scott, la reportera que escribió un artículo acerca del tema en la revista «The New York Times Magazine», al principio no notó diferencia en su olor corporal. Sin embargo, dos semanas después de dejar de usar jabón y champú su pelo empezó a oscurecer y a parecer «cubierto por una capa de aceite». Algunos amigos detectaron un «olor a cebollas» proveniente de sus axilas, pero curiosamente sus pies «no olían en absoluto». En la otra cara de la moneda, su piel «se hizo más suave y tersa» y los poros de su piel comenzaron a cerrarse.