Una chimpancé del  Bioparc de Valencia en el día de su cumpleaños
Una chimpancé del Bioparc de Valencia en el día de su cumpleaños - eduardo Manzana

Los chimpancés «humanizados» pueden recuperar su vida salvaje

La cautividad prolongada les causa daños físicos y psicológicos que incluyen el estrés postraumático y la depresión

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n estudio científico demuestra que los chimpancés demasiado «humanizados», separados de sus madres y de sus grupos al ser usados como mascotas o como artistas en espectáculos, pueden recuperar su condición natural, según el IPHES (Instituto Catalán de Paleoecologia Humana y Evolución Social).

Los autores del estudio han monitorizado, a lo largo de ocho años, a quince chimpancés y los resultados de la investigación los publica el «International Journal of Primatology».

El estudio lo han impulsado el IPHES, la Fundación Mona y la Universidad de Girona y es la primera vez que se evalúa si los chimpancés separados de su grupo y demasiado «humanizados» pueden recuperarse.

La investigación pretende responder a la pregunta sobre las consecuencias de separar individuos de la misma especie, el impacto de una extrema humanización en primates no humanos y si es posible rehabilitar a estos ejemplares del daño causado por los humanos.

La cautividad prolongada y el aislamiento comporta un deterioro físico (fracturas óseas, déficit psicomotor, malnutrición, problemas de desarrollo, heridas) y psicológico (conductas anormales, fobia social, miedo, apatía, agorafobia).

Ya está documentado que los chimpancés sometidos a estas condiciones pueden desarrollar trastornos psicopatológicos homólogos a los de los seres humanos, como estrés postraumático y depresión mayor.

El coordinador del estudio, Miquel Llorente, señala que, por primera vez, «podemos afirmar que chimpancés que fueron actores o mascotas pueden volver a desarrollar una vida lo más similar posible a la salvaje en santuarios y centros reconocidos».

Los resultados demuestran que los comportamientos típicos de especie, las conductas positivas así como los índices de bienestar utilizados, se incrementaban a lo largo del tiempo y que los nacidos en cautividad evolucionaban mejor que los nacidos en libertad.

Olga Feliu, coautora del estudio y directora de la Fundación Mona, lo atribuye a que los capturados «han perdido a la madre y han sufrido una situación más traumática durante la infancia y por tanto son más susceptibles a situaciones de estrés».

Feliu subraya que aunque han demostrado que es posible rehabilitar a estos animales, «estos datos no deben ser utilizados en ningún caso para justificar su uso para el mundo del espectáculo o como mascotas».

El coste de la rehabilitación y socialización de estos chimpancés durante el período de estudio ha ascendido a 667.000 euros.