De izquierda a derecha, los investigadores Juan Carlos Izpisúa, Alejandro Ocampo y Pradeep Reddy, en el Instituto Salk donde han desarrollado la técnica
De izquierda a derecha, los investigadores Juan Carlos Izpisúa, Alejandro Ocampo y Pradeep Reddy, en el Instituto Salk donde han desarrollado la técnica - ABC

Científicos españoles manipulan por primera vez ADN de un embrión para curarlo

La nueva técnica sería la alternativa a los «embriones de tres padres», aprobados en Reino Unido. Probada solo en ratones, abre un nuevo dilema ético sobre la manipulación genética antes de nacer

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La Cámara de los Comunes británica aprobó el pasado mes de febrero una técnica de reproducción asistida que utiliza el ADN de tres personas (los óvulos de dos mujeres y el esperma de un varón) para evitar el nacimiento de bebés con enfermedades mitocondriales, una grave alteración genética. El Reino Unido se convirtió en el primer país en dar luz verde a los llamados «bebés de tres padres» y con la autorización se despertó un importante debate ético. Entonces, 328 parlamentarios británicos votaron a favor porque pese a la controversia, evitar enfermedades tan devastadoras sin tratamiento, compensaba el riesgo.

Ahora un grupo de científicos españoles, liderados por Juan Carlos Izpisúa desde el Instituto Salk en La Jolla (California) han hallado una fórmula alternativa que sortea el principal reparo ético de la técnica británica.

La técnica, «made in Spain», no necesita contar con material genético de tres personas para eliminar la enfermedad. La alternativa solo necesita los óvulos y los espermatozoides de los futuros padres. Se llama edición genética y consiste en borrar los genes alterados en el embrión o en el óvulo antes de ser fecundados.

No se altera el ADN nuclear

La nueva estrategia no añade ADN de un tercero, pero abre un nuevo debate ético al manipular genéticamente un embrión para curarlo. Es la primera vez que se hace y la demostración inequívoca de que también se puede cambiar el material genético que define a una persona. De la misma manera que se puede corregir una enfermedad grave, también se abre la puerta a manipular los genes de un no nacido y quizá a fabricar bebés más altos, más listos, con ojos azules... Aunque en este caso no se altera el ADN nuclear.

En la revista «Cell», Izpisúa y sus colaboradores cuentan cómo su técnica funciona y es segura, aunque de momento sólo se ha experimentado en ratones. En la investigación también han participado cuatro centros catalanes: el Hospital Clínic, el IDIBAPS, el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y el Instituto de Bioingeniería de Cataluña.

Las enfermedades mitocondriales, un grupo variado de 150 patologías devastadoras, se transmiten solo por vía materna, a través del ADN que hay en las mitocondrias y que está fuera del núcleo del óvulo. En un tratamiento de fecundación in vitro se puede eliminar el ADN enfermo en el óvulo antes de fecundarlo con el espermatozoide, o después, cuando ya se ha obtenido el embrión.

«Tijeras» para eliminar genes dañados

Los científicos españoles consiguieron eliminar selectivamente ese ADN mitocondrial mutado o alterado, tanto en los óvulos como en embriones, y la prole de la pareja de ratones tratados nació sana. La técnica de edición de genes consigue borrar, añadir o cambiar genes con una enzima que funciona como unas tijeras moleculares. Así se puede cortar el ADN en el punto específico. Para conseguirlo los investigadores españoles diseñaron sus propias «tijeras» utilizando nucleasas, una enzima. «Las nucleasas se introducen en la mitocondria, reconocen el ADN mitocondrial mutado y lo cortan. Este corte induce la degradación completa de la molécula mutada. Las nucleasas que utilizamos son específicas y el hecho de que las importemos en mitocondrias previene cualquier corte no deseado», explica Izpisúa a ABC desde La Jolla.

El corte molecular no elimina todas las copias mutadas, pero sí las suficientes para tener una descendencia sana, asegura. Recuerda el investigador del Instituto Salk que para que una enfermedad mitocondrial manifieste síntomas clínicos el porcentaje de ADN mutado debe estar por encima del 60-95%.

El trabajo demuestra no solo que la prole nace sana tras la intervención, sino que el tratamiento previene la transmisión de estas mutaciones a la siguiente generación y a la segunda. «Esto significa que no solo los hijos e hijas de la primera generación serían sanos, sino también los hijos e hijas de la segunda y probablemente sucesivas generaciones», asegura.

El siguiente paso, en embriones humanos

Ahora la segunda fase del estudio intentará demostrar que la estrategia funciona y es segura también humanos. Para dar el siguiente paso, el Instituto Salk manipulará los óvulos de mujeres portadoras de enfermedades mitocondriales y embriones sobrantes de procesos de reproducción asistidas descartados por portar anomalías cromosómicas.

Juan Carlos Izpisúa avanza que ya han empezado a negociar con diferentes clínicas de fertilidad y han solicitado los permisos legales necesarios para realizar este tipo de investigaciones.

Diabetes, envejecimiento, cáncer

El objetivo era encontrar una vía para luchar contra las enfermedades mitocondriales pero también podría recurrirse a esta novedosa técnica para prevenir la transmisión de cualquier enfermedad causada por alteraciones en el ADN mitocondrial. En el punto de mira podría haber enfermedades tan dispares como las neurodegenerativas, la diabetes, el cáncer o modular el envejecimiento.

«De momento, nuestra preocupación son las enfermedades mitocondriales, unas patologías sin tratamiento que mantienene en vilo a muchas familias, no solo porque tienen hijos enfermos sino porque desean volver a ser padres y no se atreven por miedo a tener otro hijo afectado», señala Francesc Cardellach, investigador en enfermedades mitocondriales del Clínic de Barcelona. Cardellach, que ha participado en la investigación del Instituto Salk, defiende el procedimiento español frente a los llamados «embriones de tres padres». «Es una técnica más limpia, en la que no intervienen terceros. Es cierto que es la más atrevida, pero también la más avanzada», afirma a ABC.

Cardellach prefiere no enredarse en el debate si la edición de genes podría abrir la puerta a la «fabricación» de «bebés de diseño» al permitir cambiar genes a capricho. «La energía nuclear ha supuesto un gran avance, pero también ha permitido fabricar la bomba nuclear».