Babuinos de la base del obelisco oriental del templo de Luxor, Dinastía XIX
Babuinos de la base del obelisco oriental del templo de Luxor, Dinastía XIX - efe

La importancia de los animales en Egipto

Caixaforum acoge la muestra «Animales y faraones», organizada en colaboración con el Louvre

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La pieza faraónica de los Babuinos de seis toneladas es la estrella de la exposición «Animales y faraones» de CaixaForum. «Hemos conseguido traer este grupo estatuario que no había salido nunca del Louvre», celebra Elisa Durán, directora general adjunta de La Caixa, que sabe muy bien las dificultades que conlleva transportar una obra de estas características.

Tras el esfuerzo llegan las felicitaciones de todo el equipo de la exposición y de la comisaria Hélène Guichard que cuenta una anécdota digna de arrancar esta crónica. «Los famosos babuinos estaban en su origen en la base de los obeliscos de Luxor. Cuando Francia recibió uno de estos obeliscos y lo colocó en la plaza de la Concordia se planteó poner este conjunto escultórico a sus pies pero la sociedad conservadora parisina de 1836 desestimó rápido esta opción porque los primates están desnudos y hubiera sido un escándalo –destaca con ironía Guichard-. De tal forma que se fueron directos al Louvre de donde no han salido nunca».

Una escenografía teatral les brinda una posición privilegiada que domina la sala principal. A su lado descubrimos una estatua de un león tumbado que refleja la fuerza del rey de los animales. Los pájaros, los peces, los felinos, los anfibios, el toro… todos y cada uno de los animales son protagonistas en la cultura egipcia.

CaixaForum reúne cuatrocientas treinta piezas del Louvre más algunas del Museo del Montserrat, de la Fundación Clos y del Museo de Ciencias Naturales de Madrid para subrayar la relación entre los animales y el Antiguo Egipto. Una enorme vitrina con una selección de aves da la bienvenida al espectador que quedará prendado cuando descubra la perfección de las esculturas y de las momias que se han conservado durante tantos años.

Sin ganas de convertir la experiencia en una tesis, Hélène Guichard destaca que los egipcios se apropiaron de los animales como fuente de inspiración y como pilar de su pensamiento religioso. «Descubrimos momias de gatos y de cocodrilos -subraya Hélène que trabaja con piezas de hace más de dosmil quinientos años-. La primera consagración del gato fue cuando la diosa Bastet, símbolo de la fecundación y la belleza, se representó con cara de felina».

La divinización, la veneración y el culto a los animales es la esencia de esta muestra que también ofrece la oportunidad de vivir una experiencia única al entrar en una mestaba recreada con sus jeroglíficos de mano de una egiptóloga experimentada.

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