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Autogol de Barcelona

Ahora que Messi está lesionado y la alcaldesa de Barcelona se ha metido un autogol al anunciar «urbi et orbi» una moratoria de hoteles que puede llevar al traste importantes inversiones, Núria Marín se erige en la defensora de la marca Barcelona

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Hablar de L’Hospitalet todavía evoca en algunos círculos capitalinos al extrarradio suburbial donde Francisco Candel, autor de «Els altres catalans», llegó a ser en la primera legislatura de los ayuntamientos democráticos el primer teniente de alcalde por el PSUC y responsable de cultura. Nueve legislaturas después, L’Hospitalet se ha convertido por méritos propios en un importante polo de centralidad del área metropolitana de Barcelona y en el segundo motor económico de Cataluña, con un papel predominante en el turismo de negocios, la industria biomédica y la producción cultural. Lo recordó su alcaldesa, Núria Marín, en la conferencia que ofreció hace unos días en la Cámara de Comercio de Barcelona.

Mal que les pese a muchos, Barcelona es mucho más que la capital de Cataluña.

Barcelona es una capital global. Pero es una ciudad demasiado pequeña en sí misma para convertirse en una de las más pujantes del mundo. Gracias al área metropolitana, Barcelona dispone de todo lo que en su momento le ha ido faltando. La cesión de terrenos de L’Hospitalet para que naciera la Zona Franca y la ubicación del recinto de Fira de Barcelona de Granvía son sólo dos ejemplos del rol metropolitano que ejerce la ciudad dirigida por la socialista Marín en favor de la gran y cosmopolita Barcelona, a la que inexorablemente está unida.

Greg Clark, presidente del Foro de Agencias de Desarrollo y Estrategias de Inversión de la OCDE, define Barcelona como el Messi del área metropolitana. Pero al igual que el mejor jugador del mundo necesita un buen equipo para brillar, Barcelona también requiere del juego de L’Hospitalet, de donde es Jordi Alba, o de Sergio Busquet (Badia) y así hasta completar la plantilla de lo que es más que un club. Como Barcelona y los 35 municipios de su área metropolitana también son más que la capital de Cataluña.

Pero ahora que Messi está lesionado y la alcaldesa de Barcelona se ha metido un autogol al anunciar «urbi et orbi» una moratoria de hoteles que puede llevar al traste importantes inversiones, Núria Marín se erige en la defensora de la marca Barcelona y ofrece tres solares a los empresarios turísticos para que levanten los hoteles que frena Ada Colau. Tanto para lo bueno como para lo malo, la marca Barcelona trasciende lo doméstico y por eso Núria Marín ha pedido a Colau que tenga cuidado con los mensajes que proyecta al extranjero, porque la competencia global es feroz y el área metropolitana se juega el futuro en la Champions de la liga mundial de las ciudades.

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