Don Felipe, durante su discurso en el Foro Empresarial España-Francia
Don Felipe, durante su discurso en el Foro Empresarial España-Francia - efe

Los Reyes se despiden de Francia «abrumados» por la acogida

El balance de la visita: 15 actos, ocho discursos y la Asamblea Nacional en pie tras escuchar sus palabras

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«Profundamente honrados y abrumados». Así regresaron los Reyes ayer jueves a Madrid después de realizar su primera visita de Estado. Si el primer intento, el pasado mes de marzo, salió mal, cuando tuvieron que suspender el viaje por la tragedia aérea de Los Alpes, el segundo no ha podido salir mejor. De hecho, aunque las expectativas ante la visita inicialmente eran muy altas, ahora que ya ha concluido se puede decir que han quedado superadas.

Don Felipe y Doña Letizia abandonaron el aeropuerto de Orly con destino Madrid poco antes de las cuatro de la tarde. Se fueron cansados físicamente, después de tres jornadas maratonianas en las que han asistido a una quincena de actos oficiales que muchas veces se prolongaban interminablemente para conversar distendidamente con los asistentes y hacerse fotos con ellos, un montón de fotos.

Incluso, la noche del miércoles, el día más duro, después de pronunciar cuatro discursos, entre ellos el que arrancó la entusiasta respuesta de la Asamblea Nacional, y después de recibir a la numerosa colonia española en la abarrotada residencia del Embajador, el Rey tuvo aún ánimo para acercarse a dar un abrazo al tenista Rafa Nadal, después de su derrota en Rolland Garros, que se encontraba cenando con su madre y amigos en el salón del mismo hotel en el que Don Felipe se hospedaba.

La defensa de unos valores

Pero los Reyes también regresaron a Madrid muy satisfechos con el resultado de una visita en la que Francia se ha volcado con el Rey y en la que Don Felipe ha hecho suyos los valores de la República francesa. Así lo explicó el propio Rey cuando se despidió en su última intervención en público en París.

Durante la clausura del Encuentro Empresarial Hispano-Francés, Don Felipe quiso despedirse «con una última expresión de gratitud hacia las autoridades francesas y todos los que han participado en la organización y puesta en marcha de esta visita». «Una expresión de gratitud -añadió- por su esfuerzo, su esmero y su tratamiento en esta visita con la que la Reina y yo y todos los que nos han acompañado nos sentidos profundamente honrados, incluso abrumados y muy muy agradecidos».

Durante su estancia en París, los Reyes se hospedaron en el Hotel Intercontinental de la plaza de la Ópera, en lugar del Palacio de Marigny, donde habitualmente se quedan los Jefes de Estado extranjeros en las visitas oficiales. La elección de este establecimiento solo responde a razones prácticas, ya que en Marigny únicamente podrían alojarse Don Felipe y Doña Letizia y tendrían que separarse del resto de la delegación que les acompaña, lo que habría restado comodidad a una visita tan intensa.

En este mismo hotel es donde se celebró ayer el Foro Empresarial que puso fin a la visita. Ante cientos de empresarios españoles y franceses, el Rey animó a «aumentar más aún la cooperación entre empresas» de ambos países para contribuir a «la creación de empleo, al progreso económico y al mayor bienestar».

Afirmó que la «buena marcha de la economía francesa constituye una prioridad para España», ya que este país es el primer mercado de España y más de 28.000 empresas españolas realizan parte de su actividad económica en Francia o con la vista puesta en el mercado francés. «En el mundo globalizado ya no podemos pensar ni actuar aisladamente», advirtió Don Felipe y recordó que las empresas francesas han creado casi 350.000 empleos en España y más de 70.000 las españolas en Francia. También dijo que este país es el primer destino de las exportaciones españolas: 38.000 millones de euros, que equivalen a casi un 4 por ciento de nuestro PIB y un 16 por ciento de nuestras exportaciones mundiales.

El Monarca había iniciado por la mañana su última jornada en París con un desayuno con empresarios españoles y franceses. Las empresas de estos últimos mantienen unos 200.000 empleos en España.

Con hispanistas

Al desayuno asistieron, entre otros, el vicepresidente de la CEOE, Joaquim Gay de Montella; el presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet; el de la patronal francesa, los presidentes de Abengoa, Valeo, Carrefour, grupo Puig, Ferroatlántica, Gamesa, Sanofi, CCI, Pernod Ricard y Areva, y altos directivos de Iberdrola, OHL, BNP, Renault, Orange y BNP.

Entre las dos citas económicas, el Rey cambió de registro y se reunió con una decena de hispanistas en la Biblioteca del Instituto Cervantes. Entre ellos estaban el historiador Joseph Pérez, premio Príncipe de Asturias, Jean Canavaggio o Manuel Tuñón de Lara. A ellos, elogió su «pasión intelectual», que permite renovar las instituciones sobre las que se sustenta el hispanismo francés y les animó a transmitir su conocimiento a «las generaciones más jóvenes».