No habrá visto usted nunca unas alegrías más tristes. Ni más graciosas. La final de la chirigota de El Selu no será de las que pase a la historia. Pero siempre trae una letra por la que vale pagar la entrada. La de este pase ha sido en el primer pasodoble, en clave surrealista, sobre marcianos.
«No hay duda ninguna de que el hombre llegó a la luna» porque «una huella lo certifica», avanzan. Pero ahora son los marcianos los que nos visitan. Hay bares que les asustan más por la gente que hay con la boca 'doblá'. Han venido a gobernar la tierra, aseguran, así que Pedro Sánchez pactará con ellos porque lo permite la democracia, mientras que Feijóo dirá que se rompe la galaxia. Puro Selu. No lo hemos visto en esta final y no volveremos a verlo.
Buena letra también la del pasodoble homenaje al flamenco. «Mi pajarillo no canta si no le toca un guitarrista», aseguran. Crítica fina a los señoritos que, históricamente, se han aprovechado del arte de los grandes intérpretes para sus juergas.
Ha habido en este pasodoble algún problema con las letras. Ha sucedido también con los cuplés, a la maldita sequía y sobre una juerga que le cuesta una bronca. Estribillo por bulerías, el palo más repetido durante el repertorio.
En el popurrí el cante jondo por «En el coche de papá» sustituye en este pase al «Hola Don Pepito» de preliminares, al «Susanita tiene un ratón» de cuartos y a «La Gallina Turuleca» de las semifinales. Sevillanas, tanguillos y mucha bulería. Fiesta en las últimas cuartetas. La chirigota de El Selu en la final del Falla es un acontecimiento.
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