Cádiz CF

Un histórico herido pero muy peligroso

'Tocado' en lo moral y en lo físico, el Racing hará lo posible por revertir la situación ante el Cádiz CF

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El Racing cayó en la primera eliminatoria de campeones ante el Reus.
El Racing cayó en la primera eliminatoria de campeones ante el Reus.

Salió el menos malo de los que podía salir. El cadismo, suspiró por un momento. Cogió aire y, una vez esquivados los dos rivales que nadie quería en el sorteo, tomó conciencia de que en frente acababa de ponerse un ‘miura’, un campeón de grupo, un histórico, herido sí, pero igualmente peligroso. Salió el Racing de Santander, el deseado, pero por descartes.

Y es que por razones más extradeportivas que puramente futbolísticas, que también, casi que ningún cadista quería al Real Madrid Castilla por distintos motivos. Por un lado, por el temor a cualquier filial tal y como se ha podido comprobar durante toda la temporada regular. Por el otro, por el caso Cheryshev, un asunto que como no puede ser de otro modo molestó demasiado en la casa blanca, que a buen seguro no habrá olvidado las burlas que el Ramón de Carranza ‘brindó’ al club merengue en plena eliminación en vivo y en directo.

Salvado el Real Madrid Castilla, quedaba por salvar el Hércules, que pese a acabar tercero de su grupo tampoco hacía mucha gracia al cadismo. Y es que, quitada la venda del forofo, quien más quien menos deducía que el enfrentamiento ante el conjunto alicantino, muy perjudicado por los árbitros en el ‘play off’ del año pasado ante el Cádiz CF, iba a ser a cara de perro y que, llegada la duda, la balanza arbitral no se movería seguramente del lado amarillo. Más que nada, por esa ley de la compensación que tanto se lleva en el mundo arbitral Quedaba el Racing. Y el Racing tocó.

Sobre la mesa de las esperanzas amarillas descansan varios factores optimistas. Por un lado, el plano anímico. Si en el Cádiz CF la confianza y la ilusión ha vuelto en cantidades industriales, en el Racing de Santander la moral está por los suelos después del repaso al que le sometió el Reus (un global de 4-0) en la eliminatoria de campeones de grupo. Por descontado, que Pedro Munitis está haciendo todo lo posible por reanimar al equipo desde justo el momento en que se metieron en el camino más largo por ascender.

La desolación no sólo ha hecho acto de presencia en el vestuario, también en la grada. Y es que el racinguismo se había movilizado para acudir en masa al partido de ida en el Sardinero, que tiene una capacidad de 22.000 espectadores. El ambiente por las calles de Santander se notaba desde primera hora del día y el estadio registró la mejor entrada de la temporada con 19.000 espectadores. Lo normal durante la temporada ha sido la presencia de 3.500 en el comienzo de Liga hasta los cerca de 7.000 que acabaron acudiendo en la recta final de la temporada regular. Un dato que evidencia lo deprimida que está la afición del Racing es que el club cuenta con 8.500 abonados, pero durante la temporada apenas acudían al estadio la mitad. Y es que a pesar de los 12.000 accionistas que mantiene el club, el descenso a Segunda B pegó muy fuerte en una afición que se había vuelto a ilusionar con el campeonato del grupo I y el posible ascenso directo ante el Reus. Sin embargo, el mazazo que supuso el 0-3 del conjunto catalán ha vuelto a golpear duramente al racinguismo, que eso sí, volverá a estar con su equipo en esta eliminatoria de ascenso con el Cádiz CF.

'Tocados' en el Racing

Y si herido está el Racing en lo psíquiso, no menos lo está en lo físico. Y es que, para colmo de males, el trámite de la vuelta en Reus del pasado domingo ha dejado dos jugadores ‘tocados’ y que, a día de hoy, son duda para el partido de este domingo (20.00 horas) en Carranza. Uno es el defensa Borja San Emeterio, que sufrió una fisura en un dedo de su mano derecha y el otro es su hermano Fede, centrocampista, que llegó a Santander con molestias en su rodilla izquierda. Estos se unen en la enfermería al delantero Pumpido y al defensa Francis. El primero tiene una lesión muscular mientras que el ex del Xerez padece molestias en el tendón de Aquiles de su pierna izquierda.

Como es sabido, el partido de ida se disputará este domingo a partir de las ocho de la tarde. Un horario del gusto de Álvaro Cervera, que como ya hiciera en el partido de ida ante el Racing de Ferrol retrasará la hora del partido todo lo que pueda con tal de que el calor reine lo menos posible. A nadie se le escapa que sus jugadores, muchos de ellos veteranos, agradecen los horarios nocturnos y alejados del sol para aguantar mejor sobre el terreno de juego. El hecho de que jugar ante un equipo norteño también es un punto a favor.

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