Cádiz CF

UD Melilla-Cádiz CF (PREVIA) Bajar de las nubes en el norte de África

Vuelve la Liga tras el sueño real de la Copa y, con ella, la obligación doméstica de ganar ya

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Claudio, durante un entrenamiento en El Rosal
Claudio, durante un entrenamiento en El Rosal

Un, dos, tres… ¡Despierte! Con cachetón incluido. Plas, plas, requeteplás. En toda la carita. Jarrita de agua fría en el rostro, lavado de cara y a correr. Como era un principio. Ahora y siempre. Por los siglos de los siglos. Y ya. Cuanto antes. Que el tiempo apremia y los rivales no esperan. Que se lo pregunten si no a Antonio Calderón el año pasado, que con un comienzo similar al que está teniendo Claudio –en Liga y en Copa– a estas alturas ya estaba con medio Carranza de uñas, con pie y parte del otro en la calle y con un UCAM –su gran losa, sin duda– disparado en la tabla a ocho puntos de distancia tras un inicio imposible de soñar incluso para cualquier equipo de Segunda División B.

Sí, la salvación salvadora para que el crédito de Claudio esté intocable se llama Real Madrid y un líder que está al alcance de las manos. De lo contrario, de ser el Villarreal y no el Madrid el agraciado en Copa y de tener al UCAM a ocho puntitos, el entrenador valenciano dirigiría a los suyos en Melilla desde el patíbulo como banquillo.

Mucho ha tenido estos días que cambiar la mentalidad Claudio a sus jugadores. Como un hipnotizador que le llega el momento de despertar a sus pacientes y contarle la verdad verdadera antes de que salgan a la calle de nuevo, así debe estar actuando desde el viernes con sus chicos, que con razón andan soñando con el encuentro ante todo el Real Madrid con su posterior vuelta en el Bernabéu y han olvidado, como por arte de magia, el esperpento vivido ante el Laredo o las sensaciones de impotencia dadas ante el Murcia hace una semana.

El Cádiz CF tiene que mejorar, y mucho, si quiere tan solo pelear por un puesto de ‘play off’ pese a que el objetivo primordial no sea otro que el primer puesto. Aunque, visto lo visto en las últimas dos comparecencias, este equipo aún está muy verde para ir diciendo por ahí a boca llena y por la cara que el objetivo es quedar primero. Y es que la derrota ante el Murcia y, sobre todo, la nefasta imagen ofrecida también ante el Laredo han servido para que el equipo, sin Güiza, despierte más sospechas que una legión de políticos camino de un reservado.

Pero hoy en el Cádiz CF estará Güiza, el máximo artífice junto a Hugo y Lolo Plá (los fabricantes del gol en Murcia), Servando (el goleador ante el Mensajero) y Salvi (el que remata para dentro el rechace al palo a disparo de Güiza), de que hoy el cadismo acuda a Melilla con la sonrisa en la cara que aún deja el sorteo copero que ha querido traer el Madrid a Carranza el próximo mes de diciembre. Porque si algo ha dejado claro este Cádiz CF en las últimas semanas, y duele tener que escribirlo y decirlo, es que poco a poco se ha creído más grande con el jerezano en el campo pero más pequeño cuando no está. Las culpas hay que buscarlas y señalan al banquillo. No queda otra. No se puede, a mitad de camino, echar por tierra a todos los jugadores porque eso sería lo más parecido a echar más agua a un ahogado. Por lo tanto, las soluciones deben salir de la cabeza de un entrenador que se empeña en rotar y rotar el equipo hasta hacerlo irreconocible jornada tras jornada.

Otra jornada más, el Cádiz CF sacará un nuevo once, el enésimo. Es verdad que entre lesiones y sanciones, Claudio no lo ha tenido fácil para consolidar un equipo titular. Tan verdad como que él tampoco está poniendo de su parte en la búsqueda de ese bloque. A veces, muchas, este Cádiz CF refleja con sus equipos, con sus planteamientos, que juega demasiado dependiendo del rival de turno. Y eso, eso, eso no deber ser muy bueno para un equipo llamado a imponer su ley y que sean los otros los que tengan que amoldarse a lo que él proponga sobre el verde.

El Cádiz CF visita un campo siempre complicado como es el Álvarez Claro de Melilla, la ciudad autónoma a la que los amarillos han tenido que volar desde el aeropuerto de Málaga en un desplazamiento que no le ha hecho nada de gracia a Claudio. El técnico del Cádiz CF se ha quejado del poco margen de tiempo que ha tenido para recuperar al plantel del esfuerzo realizado el miércoles pasado ante el Laredo, un Tercera División que hizo sudar tinta china a los gaditanos hasta que salió del banquillo Güiza. Y el gitano ha salido para quedarse. O eso debe ser. Con Kike Márquez lesionado, es de suponer que Fran Machado se sitúe en la mediapunta con Salvi y Álvaro García en las bandas, dos pequeños estiletes que deberían recibir el premio de la continuidad en el once tras su buen papel en Copa. Sin la excusa de la carga de partidos, Claudio debe recompensar con minutos a los que den muestra de estar mejor y así, poco a poco, ir confeccionando un once que acabe jugando de memoria y no por ‘ataques de entrenador’.

Aterriza el Cádiz CF en la ciudad norteafricana tras una semana repleta de esfuerzo y que acabó con el sueño copero. Nada mejor que un paseo por las nubes, disfrutarlas, pero con la condición de bajar de ellas.

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