Copa del Rey | Sporting - Cádiz

Sporting - Cádiz (0-0) La cosa no parece de banquillo

Los de Sergio pasan a cuartos gracias a un fabuloso David Gil, que se corona en los penaltis tras 120 minutos en los que salvó a los suyos de la derrota

Sobrino y Andone intentan rematar un córner. EFE

Alfonso Carbonell

Quisieron pero no pudieron . Y eso es lo grave sin duda. Ha tenido que venir uno nuevo para dar la razón al anterior. La cosa no es de entrenador, es de jugadores, que no dan la talla. Sencillamente. Ni en Primera y ni por lo que se ve en Segunda.

A Gijón se fue el Cádiz para buscar su pase a cuartos en Copa y los penaltis se lo dieron tras unos 120 minutos anteriores donde reflejaron que a este equipo le cuesta la misma vida dar tres pases seguidos. La cosa es de calidad y hay que decirlo bien claro. Es verdad que estos hombres llevan seis años sin querer el balón y acostumbrarse a su manejo en un par de días pues como que no debe ser sencillo. A Sergio le queda mucho, mucho trabajo. Pero el primero de ellos debe ser jugar al perrito, sus rondos y sus cosas. Eso para que sus chicos vayan cogiendo soltura y puedan ir soltando ese miedo a la pelota que los atenaza tanto. Ya después vendrán los fichajes, pero esto no lo soluciona ni un crack mundial si antes estos muchachos no se atreven a más. A algo más.

Lo positivo es que se pasa a cuartos de final de una Copa que ha ido in crescendo. Se comenzó con un rival de regional, se pasó a uno de Primera RFEF y se siguió con dos de Segunda, uno en descenso y otro con opciones de ascenso. El siguiente debe ser un Primera, una categoría a la que se quiere agarrar un Cádiz sin uñas y bastante limitado.

Había cierta expectación por conocer el primer once de Sergio en su etapa en el Cádiz CF pero al ser un partido de Copa quedaba como algo descafeinado, no creíble, sin verdadera intención, esa que se podrá ver en el próximo partido liguero ante el Espanyol en la puesta de largo del técnico en su nueva casa.

Pero una vez visto, lo que sí merecía la pena analizar era comprobar la confianza renovada por el nuevo jefe hacia la joya de la cantera, Álvaro Bastida, sobre quien recaía la responsabilidad de organizar el juego de ataque de un equipo que también presentaba el estreno de su único fichaje, Fede San Emeterio, llamado a guardar la espalda al joven chiclanero.

Con David Gil bajo palos y el brazalete de capitán, el Cádiz formaba una defensa con el canterano Raúl Parra como lateral derecho, Haroyan y Chust como centrales y Arzamendia en el carril zurdo. La sala de máquinas estaba auxiliada en bandas por Alejo y Álvaro Jiménez mientras que los hombres más adelantados eran Sobrino y Andone.

Quiso poner el peso de su categoría el Cádiz cuanto antes y desde que comenzó a rodar el balón, los de Sergio intentaron hacerse con él. No le fue fácil y ante eso también optaba por lanzamientos en largo, como el que Arzamendia mandó perfectamente a Andone para que Andone, en offside, se plantase solo ante el portero local y fallase su centrado zurdazo.

No sólo se diferenciaba el Cádiz en las ganas por contactar con la bola. también en su presión adelantada para impedir la salida fácil de balón del Sporting. Eso no impidió que los asturianos llegasen en tromba pasado el cuarto de hora. Primero fue el Puma Rodríguez el que llegó hasta la línea de fondo y cuando estaba ya dentro del área se encontró con Chust. El rechace le llegó a Pedro Díaz, que desde 25 metros chutó fuerte para que David Gil actuase con agilidad mandando el balón a córner. Tuvo que intervenir de jnuevo al minuto el arquero cadista para despejar un obús de Kravets que llevaba márchamo de gol de no ser por el capitán amarillo. No cesó en su acoso los de David Gallego, que veía desde su banquillo como el cabezazo de Puma Rodríguez se iba al exterior de la red. La tercera del panameño llegó a la media hora pero su disparo lejano fue atajado sin problemas por David Gil. Entre medias de ese dominio, el Cádiz lo intentó a través de Álvaro Jiménez , pero el pase de la muerte intencionado del cordobés fue detenido

San Emeterio debutó con el Cádiz CF. CCF

con rapidez felina por Mariño.

Poco a poco, el Sporting se iba adueñando del partido ante un Cádiz muy fallón en las entregas y cada vez más inexistente en la posesión. Eso no quitaba para que Bastida, en su mejor acción como cadista, lanzara un contragolpe tras dejar atrás a un rival que se pasó de frenada y que acabó con un centro bombeado de Alejo rematado fuera por Álvaro Jiménez, que no estuvo fino con su errática volea que no encontro puerta.

A falta de diez minutos para el descanso el Cádiz consiguió dar mayor lentitud a un ritmo que le iba llevando al barranco. Pese a ello, el Sporting seguía pisando área gaditana bien con Djuka, bien con Rodríguez. Achicaba balones la zaga amarilla como podía y llegaba al descanso con el corazón en la boca y lo más preocupante, sin el balón después de haberlo querido pero haber sido superado por la falta de calidad en las entregas, en los controles, en prácticamente todo dejando claro que el problema no es de entrenador sino de jugadores. Se llegaba con empate al descanso y con el 64% de posesión a favor del Sporting.

Galones para el once

Sin cambios en ningún equipo se sucedió el segundo tiempo, que empezó sin el ritmo del primero, algo que le vino bien a los de Sergio, que al cuarto de hora invadía su once con los galones de Negredo, Salvi y Fali que sustituyeron en sus puestos Andone, Alejo y San Emeterio, que en su primer partdio dio buena cuenta del por qué Cervera lo bautizó como su soldado.

Los cambios le dieron más poso al Cádiz , que mediada la segunda mitad se hizo un poco con el control del balón y casi que del partido, al que le cambió la dinámica con llegadas al área de Mariño, que tuvo que salir a por un balón que Raúl Parra metió con intención buscando el remate de Negredo. Quería ir a por la Copa Sergio y lo volvía a demostrar con sus últimos cambios, los de Álex y Perea, que entraban por Bastida y Álvaro Jiménez.

Estaba la cosa medio encarrilándose cuando de reprente un error en cadena de varios jugadores amarillos, que no se entendieron en un balón dividido, propició una contra del panameño Rodríguez para que Campuzano, con un disparo en dirección a Djuka, era repelido por David Gil y finalmente despejado bajo palos por Chust. Se salvaba el Cádiz a cinco minutos de un final que monopolizó el ataque sportinguista, que volvió a probar a David Gil tras un disparo de Djuka permitido por Chust.

Cumplido ya el 90', agonizó el Cádiz , primero, con un disparo potente de Guille Rosas que David Gil repelió de manera brillante. El balón no salió y fue recogido por un magnífico Villalba que se adentró caracoleando en el área pequeña para salvar la salida del arquero cadista y ver como aparecía Fali para agagar el fuego.

A pesar de esta agonía, pudo llegar el orgasmo cadista en el 92' tras un magnífico centro de Arzamendia que cabeceó Sobrino para que el balón se fuera por línea de fondo tras lamer el palo. La prórroga era inevitable

A la prórroga

Con los cinco cambios hechos por Sergio y sólo uno de su colega David Gallego, comenzó una prórroga en la que quiso seguir llevando la voz cantante los anfitriones. Entre Perea y Álex quisieron ralentizar el juego y por momentos lo conseguían ante un Sporting algo cansado ya.

El Cádiz jugaba con su portero sin cometer locuras, algo que le hacía quitarse de en medio la pelota en cuanto los atacantes sportinguistsa presionaban un poco. Según avanzaba la prórroga, el Sporting iba cercando el área gaditana, Entre José Luis Rodríguez y Villalba acechaban las inmediaciones de David Gil, que veía como los suyos se tomaban un respiro cada vez que el Sporting retrasaba sus líneas.

Aprovechó el sexto cambio que concede la prórroga Sergio para hacer entrar al Pacha Espino, que se situó en la banda izquierda para recolocar a Arzamendia de extremo y sentar en el banquillo a un negado Sobrino.

Lo seguía intentando el Sporting, que la tuvo Djuka tras un centro de Kravets que se fue por poco en el inicio de la segunda parte de la prórroga. La respuesta la puso Chust, pero su remate, mitad con la cabeza, mitad con el hombro, fue a las manos de Mariño, que se fue al banquillo poco antes del final por el joven de 21 años Joel Jiménez. Bonita manera de debutar en El Molinón, que se preparaba para una tanda de penaltis que mandaría al Cádiz a los cuartos de final.

Así fueron los penaltis (2-4)

Villalba (para David Gil) ; Álex (gol); Pedro Díaz (al larguero); Negredo (gol); Kravets (gol); Perea (gol); Campuzano (gol); Arzamendia (gol).

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