Cádiz CF

Deportivo-Cádiz CF (1-1) Los secundarios también hablan

Un golazo de David Querol da un valioso empate en Riazor

Alfonso Carbonell

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David Querol marcó el gol del empate en La Coruña la pasada temporada

Los secundarios también hablan. Y más que van a tener que hablar en un deseado futuro en cuanto Machís haga las maletas. Pero sí, en este Cádiz CF existe un reparto generoso de actores que luchan por ser principales pero que, hoy por hoy, están condenados a vivir a la sombra de Aketxe y Machís. Pero de la sombra también hay permiso para salirse como ha demostrado David Querol en Riazor, que se ha sacado de la manga un golazo que ha valido el empate en el campo de un rival que en pocos minutos veía como de tener todo pasaba a la nada.

El Cádiz CF suma un punto, deja detrás al Dépor, al que le gana también el 'goal average' y ve como pasa otra jornada en los puestos de 'play off'. Eso sí, el partido deja muchas lecturas. Ante todo, positivas, pero algunas también para analizar.

Porque este Cádiz CF, se siente por los 'cadictos y repartidores de carnets cadistas', no engancha. Le falta alma, no tira, aburre por momentos. Es cierto que es admirable que por tercer año consecutivo esté luchando por el ascenso, pero lo uno no quita lo otro. Y no, no divierte, ni transmite, ni nada parecido. Sobre todo, en partidos como el de este domingo en Coruña, una viva estampa a otros que se han visto esta misma temporada y que por suerte no se ha perdido. Ya no se habla de fútbol, ni de juego, ni de defensivo ni destructivo, ni nada de eso. Se trata de garra, de corazón, de rabia y de coraje. Y eso, aunque seguramente lo haya, no se ve. Ni se siente. Y eso duele mucho. Duele ver al Cádiz CF metido en puestos de 'play off' y no estar viviendo el partido nervioso, de pie, comiéndose las uñas o gritando como se ha gritado el golazo de Querol que valía un empate de lo más valioso en un momento en el que los de Cervera entregaron las llaves a Akexte y Machís ante la estupefacción de ver todo el proyecto de un club descansando en las botas de dos geniales jugadores. Así estaban las cosas hasta que Querol quiso entrar con huellas doradas en la historia de un equipo en el que se estrenaba como goleador en un día idóneo para ello.

El Cádiz CF comenzó perdiendo desde el calentamiento , momento en el que Garrido se notaba unas molestias y se iba para el vestuario lesionado. Su puesto en el once lo ocupó Álex, novedad en el once junto a Manu Vallejo, que regresaba al equipo tras dos jornadas que se pasó lesionado y suplente. Por lo demás, lo mismo. Un 4-4-2 con el chiclanero y el venezolano en el ataque, Akexte en el costado derecho y Jairo en el izquierdo. Mal asunto.

Las cartas de uno y otro equipo pronto se vieron sobre la mesa. Las amarillas, colocadas de mitad del campo hacia atrás, esperando a las albiazules, que eran las que comenzaron proponiendo. Así las cosas, el balón apenas era controlado por el Cádiz CF, que presentaba un ataque de lo más dinámico, muy lejos de ese otro ataque en el que una torre fija a los centrales de turno.

El dominio, sin ser aplastante ni mucho menos, era deportivista. Y claro, era lógico que la primera ocasión fuera local tras un centro rematado al segundo palo por el lateral Eneko Bóveda que atajó sin problemas Cifuentes. Poco a poco, y en vista que el Cádiz CF se dejaba hacer, el Dépor lo fue arrinconando.

Tuvo que pasar un cuarto de hora para que el Cádiz CF consiguiera ligar una jugada con relativo control pero sin pegada. Fue una maravillosa ocasión para recordar los buenos jugadores que se asociaron (Machís, Álex, Aketxe, Manu Vallejo o Correa) para que el equipo comenzara a creerse algo de lo que era y no estaba siendo.

Pero el ritmo del encuentro lo seguía imponiendo el Dépor, que sólo se inquietaba cada vez que el balón le llegaba a alguna de las islas ofensivas amarillas. Como en un lance en el que Manu Vallejo sacó una falta que fue lanzada magistralmente por Aketxe para que Dani Giménez contestase con un 'palomitón'. Dio confianza esa jugada a los amarillos, sobre todo a Machís, que a la media hora intentó una de las suyas pero su último toque de conducción se le fue lejos la bola para respiro de la zaga local.

Como es habitual, el Cádiz CF planteaba un partido aburrido y en esa tesitura era el Dépor el que estaba obligado a hacerse con la bola. Tocando y tocando llegó la mejor ocasión del encuentro tras un pase atrás de Nahuel a Carlos Fernández, que estrelló el balón en el larguero con un zurdazo al que solo le pudo contestar la madera. Permanecía inmóvil el once amarillo, que parecía esperar la llegada del descanso para ver si el que manda daba un cambio a una situación que llevaba la querencia, ya conocida en este tipo de partidos, de la derrota.

Pero ni siquiera hubo que esperar al descanso para ello porque el gol del Deportivo llegaría tras una recuperación de Eneko Bóveda, que le ganó la partida a Matos en un balón dividido, para poner un balón colgado al que Cifuentes no entró con toda la decisión que sí lo hizo Quique González, que enganchó una volea genial para adelantar a los suyos a dos minutos del descanso. Un gol que reflejaba la decisión e intensidad de unos, los locales, y la parsimonia de otros...

Pudo ser peor si Fede Cartavia, tras un balón largo del meta Dani Giménez que peinó con acierto Nahuel, acierta con una vaselina que detuvo sin problemas Cifuentes.

Mucho tenían que cambiar las cosas para que el Cádiz CF arreglase el asunto. Y desde el principio del segundo tiempo comenzó a intentar hacerlo después de que Machís, tras combinar con Manu Vallejo, disparase buscando el palo largo de un Dani Gimenez que con su estirada impedía el empate.

No hizo cambios Cervera de entrada, tampoco Martí. Y aunque el Cádiz CF parecía haber salido con otras intenciones, qué menos, volvía a ser el Deportivo el que movía más la pelota. Ante esto, y a los diez minutos de la reanudación, Cervera movía el equipo y daba entrada a Jovanovic y Querol por Matos y Manu Vallejo dejando a Jairo en el lateral izquierdo y dejándole a Machís la banda de la que nunca se debe separar.

Estos cambios hicieron, cuanto menos, algo de ruido. Jovanovic se colocó en la punta del ataque, Aketxe en la mediapunta y Querol en la derecha, un dibujo más acorde a lo que tiene Cervera, que durante la semana había dejado claro que una de las armas de su equipo son, además de Machis, las faltas al borde del área. Y dicho y hecho. Tan pronto como se podía el balón le llegaba en su banda a Machís, que siempre buscaba el disparo o la falta para que Akexte probase fortuna desde los metros que fuera. Mientras el Cádiz CF activaba ese plan, el Deportivo también llegaba al área de Cifuentes, que tuvo que intervenir para detener un remate a bocajarro del goleador Quique.

Lo cierto es que bajo esta consigna el Cádiz CF consiguió darle un pequeño vuelvo al encuentro . Las posesiones de balón del bando gaditano eran una excusa para que el balón le llegase cuanto antes a Machís o a Aketxe, lo que evidenciaba las carencias del equipo y a la vez le hacía más temible. Pero realmente no conseguía darle a su juego la consistencia y continuidad necesaria para someter a un rival que campaba tranquilo por el campo.

Pero ciertamente las cosas habían cambiado. El Cádiz CF apretaba y el Dépor era ahora el que se dejaba apretar. Y fue uno de los menos esperados el que levantó al cadismo con un formidable gol. Querol recibía de espaldas y en un giro de 180 grados dejaba atrás a Saúl mientras se zafaba del agarrón de este para con la puntera proyectar un cohete que colocó en la escuadra de Dani Giménez para empatar a lo grande el encuentro. Este tanto cogió de sorpresa al Deportivo, que se las creía felices y dejó crecerse al Cádiz CF al maniatar a sus dos figuras pero olvidándose de los secundarios, que también tienen algo que decir y más que tendrán que hacerlo de ahora en adelante si se consigue el 'play off'.

Kecojevic salva los muebles

Inexplicablemente, el gol relajó aún más a la defensa amarilla, que tuvo que ver como Cifuentes tenía que intervenir en dos ocasiones para, primero, despejar un cabezazo de Carlos Fernández y, segundo, atajar un centro en la boca de gol. Seguía el Dépor buscando la victoria y muy cerca estuvo de ella de no ser por Kecojevic, que se fue al suelo para impedir que Quique fusilase a Cifuentes tras dejar sentado a Sergio Sánchez.

El partido se convertía en un ida y vuelta al que se apuntó el Cádiz CF, que pudo marcar el segundo de no ser por la inexplicable decisión que tomó Querol, que un un tres para uno, ¡con Machís solo en su bandita!, se olvidó de lo que cuesta el venezolano para jugarse él con un disparo raso y manso que despejó a córner el meta local ante el cabreo asegurado de toda la parroquia cadista. El chaval estaría crecido por el golazo que marcó antes pero esas cositas son imperdonables...

Se llegaba al descuento con un Dépor lanzado y un Cádiz CF encerrado con Machís suelto. El pitido final del árbitro riojano dejaban las cosas tal y como empezaron y a los gaditanos saboreando un punto que sabe a gloria por como se dio. El equipo sigue aspirando a todo y lo hace, además, con un juego deslavazado, hecho a jirones pero hasta cierto punto efectista. Y claro, si jugando así se consigue tanto, qué no se conseguirá en cuanto suenen mejor las teclas.

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