Cádiz CF

Cinco trampas donde el Cádiz CF no debe caer este domingo

El once amarillo tiene el ascenso en sus manos pero un fallo lo puede amargar todo

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Aulestia, en el partido de ida en Oviedo.
Aulestia, en el partido de ida en Oviedo.

Los hombres de Claudio estarán expuestos este domingo a varias circunstancias que deberán saber gestionar con sensatez. Porque cuando empiece a rodar el balón sobre el césped de Carranza a partir de este domingo a las seis de la tarde, el Cádiz CF comenzará ascendido.

Seguramente, dentro de una legión de 18.000 seguidores que abarrotarán el estadio gaditano, habrá no pocos que estarán celebrándolo dado que no entienden de qué va esto y que, seguramente, será su primer día del año en Carranza animando al Cádiz CF. No pasa nada, siempre y cuando los de al lado le hagan caer en la cuenta que a los de amarillo les queda un mundo para saborear la plata. Porque ahí, en las propias trincheras de la afición del Cádiz CF, habrá mucho caballo de troya metido que, sin maldad alguna -pues no sabrán de qué va la cosa-, pueden estar haciendo un gran daño al equipo de Claudio, que como bien dijo el pasado domingo en Oviedo tras el empate «no hay nada que celebrar». Por no decir, no dijo ni todavía…

Claudio es viejo perro y sabe bien que queda lo peor. Queda remar con el viento a favor pero con el peligro que ello entraña. Queda gestionar la tensión de su gente, que la tendrá como la tuvo el Oviedo. Queda calmar al personal. Queda preparar el partido sin prisas, sin presión. Queda concienciar a la gente –lo hará el viernes en rueda de prensa– que no quiere triunfalismos. Que no quiere caer en trampas que sin duda hay por el camino pese a que no se vean. Las hay. Y muchas.

1. Euforia desmedida: En la calle, la lógica tensión; en el autobús, concentración

Queda muy bonito la comunión entre afición y equipo, e incluso transmite, pero ojo que también cansa. Y cansarse antes de un partido es peligroso, a la vez que absurdo. Es lógico y normal que la afición espere al autobús para insuflar ánimos al equipo, pero la euforia desmedida que se verá en los aledaños de Carranza no debe traspasar los cristales del autobús. Ya pasó alguna vez, contra el L’Hospitalet o el Castilla por ejemplo, y la cosa no fue muy bien para el Cádiz CF. En aquella ocasión, jugadores y cuerpo técnico del Cádiz CF gritaban a coro con los aficionados, aporreaban los cristales para evidenciar las ganas que tenían de ‘comerse’ al rival y después se vio que de poco sirve, algo obvio que no hace falta escribir pero ya está escrito.

No hay que irse muy lejos en la memoria. Algo parecido pasó al rival de este domingo en el partido de ida. Los jugadores oviedistas estuvieron cerca de cinco minutos ‘comulgando’ con su afición, gritando, golpeando los cristales del bus y acelerándose una hora y media antes del partido. Luego, en la primera mitad, esos cerca de 29.000 aficionados pesaron como una losa en un equipo que durante los primeros 45 minutos se vio superado por los muchachos de Claudio, mucho más centrados. Por ello, sería aconsejable que el autobús del conjunto gaditano no se convirtiera en un manicomio, que los jugadores, lejos de exteriorizar a golpes y a gritos sus ganas de ascender a su parroquia, lo hagan con la calma, la concentración y la ilusión en sus miradas cómplices con una afición que, seguro, se alegrará más si esos golpes a los autobuses se transforman en pases de gol y tranquilidad sobre el césped. La tensión que se descarga en un momento tan eufórico, cansa. Y eso, quien sabe sino puede influir en las piernas de unos jugadores que tienen por delante los 90 minutos más importantes del año.

2. El espectáculo, en la grada: No hay por qué forzar situaciones de cara a la galería

Lo hizo Esteban antes del partido en el Carlos Tartiere y, además de que queda forzado eso de salir al campo en solitario para arengar a la grada, no ayuda a calmar el ambiente que debe reinar en el vestuario del Cádiz CF momentos antes del duelo. Agitar a las masas nunca ha sido favorable para que el sosiego y la calma aparezcan en el campo, que es donde debe aparecer para que el equipo juegue como acostumbra en su casa. Por no decir que a la afición del Cádiz CF poco o nada hay que hacerle para ambientarla en un partido trascendental. En todo caso, y ahí sí, dependiendo de las circunstancias que se den en el juego, los gestos a la grada o a quien sea deben ser espontáneos. Como que queda más de aquí, más de ‘Cadi’. Por tanto, lo ideal es que el espectáculo y la algarabía se centre en la grada mientras que en el campo reine la serenidad, el buen fútbol y los goles en amarillo.

3. Lo de Garrido, el claro ejemplo: No entrar en provocaciones de los jugadores rivales

Aunque se tenga razón, aunque insulten, aunque busquen lío, aunque agredan… Nada de responder, nada de contestar. Ni ‘mú’. Para eso hay un juez de la contienda que es el que debe impartir justicia. Aunque se tenga razón como fue el caso de Garrido con Cervero en el Tartiere. Pero nada, ninguna ayuda extra al enemigo, que sin duda, buscará las cosquillas de los cadistas en cualquier acción para tenderle la misma trampa en la que cayó el mediocentro vasco del Cádiz CF. Será un partido en el que las pulsaciones estarán revolucionadas y hay que controlar el carácter, los impulsos y hasta la boca. Solo importa el balón, el juego y la portería contraria. Jugadores como Juan Villar, proclives a entrar en estos embolados, deben cuidarse mucho de estar centrados en lo que verdaderamente importa.

4. El partido se hará muy largo: No comenzar a tope, repartir el esfuerzo, dosificarse

De los cinco puntos, seguramente, este cuarto será el más difícil de cumplir por el Cádiz CF, pero en la retina de todos los cadistas está aún el triple cambio que Jose González tuvo que hacer por culpa de los problemas físicos en el partido ante el Lugo que acabó con prórrogas y penaltis. Ya en Oviedo el equipo llegó cansado al final dado el esfuerzo hecho en la primera mitad. Por ello, dosificarse será fundamental.

y 5. El resultado engaña: Y por supuesto, no especular; un gol en contra sería letal

El 1-1 no es para nada un resultado negativo, pero no puede engañar si alguien en el equipo se relaja con eso de que el empate sin goles favorece. Por tanto, especular está totalmente prohibido, aunque como apunta el exconsejero del Cádiz CF Luis Escarti «tampoco hay que ir a por ellos a lo loco. Claro que hay que salir a ganar porque si te marcan en el 87’ estamos muertos, pero hay que jugar con precaución, son cometer locuras. En definitiva, jugar como siempre se ha hecho en casa pero sabiendo que no es un partido de Liga más», comenta este veterano de la casa cadista que vio ‘in situ’ las tablas en el Carlos Tartiere.

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