Otra vez para nada

La sensación del Cádiz CF este año es que todo parece torcido a diferencia del pasado. Aunque es verdad que esta impresión se tiene justo después de caer derrotado el equipo en Mallorca, lo cierto es que nada en la realidad está saliendo como debería o estaba sellado en el papel. Ni lo suplentes están, ni el equipo titular anda mejor que antes. Como el año pasado, el descanso a los titulares ha servido para más bien poco. Aunque en este caso en concreto, la cosa ha salido hasta peor por culpa del Atlético y de una bancada de suplentes machacada.

Todo esto viene a colación de los dos últimos encuentros perpetrados por el Cádiz CF , que se las prometía felices después de sumar los tres puntos ante un Valencia en notable crisis de juego. Fue en Carranza que se ganó un partido trascendental ante el conjunto che pero ls líos han vuelto después de las dos últimas salidas.

No huno muchos reproches al equipo tras la derrota frente al Atlético de Madrid, un rival muy distinto del que se le ganó en la ida en Carranza 3-2, pero no tan diferente del que el año pasado se enfrentaron los hombres de Sergio, que cayeron 2-1 tras uno de los mejores encuentros desarrollados por los amarillos.

El caso es que esta temporada comenzó mal, se pudo ir arreglando y parece haberse metido en otro túnel muy preocupante. Llegaron las sanciones a Iza y a Ledesma, han llegado las lesiones a gente importante del bloque y todo esto se ha unido a que, a diferencia del curso 21/22, la Unidad B ha saltado por los aires . Y esto no sucedió el año pasado.

La prueba más que evidente fue el encuentro en el Nou Camp del curso anterior en el que Sergio puso y confió sobre el verde de Can Barça a un equipo repleto de suplentes. El resultado ya todo el mundo lo recuerda. El resultado fue una proeza. Los menos habituales sumaron los tres puntos en una jornada intersemanal y en la que se entendía que el técnico diera descanso a sus mejores hombres porque a los pocos días (no nueve como esta vez) se enfrentaban en casa ante un Athletic que se llevó el partido tras un primer tiempo en el que se iba al descanso ganando 0-3 pero que sufrió en la segunda para mantenerlo. De no ser por la madera, Fali hubiera conseguido el 3-3 de un resultado que acabó finalmente 2-3.

Aquella vez la noticia era excelente. El equipo titular no estaba tan herido como el de hoy día y, para colmo, el fondo de armario palpitaba con fuerza para salir. Si se compara con este momento actual, el panorama es desolador. La enfermería a rebosar, los suplentes no están, el Choco piensa en azul y los titulares lo dan todo pero apenas tienen nada.

Este próximo viernes vuelve un equipo herido a su casa. Es ahí donde debe volver la unión. Ni ferias ni tómbolas que valga, Carranza y el Cádiz CF se la juega en una nueva batalla y los que estén de servicio deben poner lo mismo que se puso sobre el Valencia. Porque esta guerra va a acabar siendo eso, garra, coraje y compromiso. Y si viene el fútbol, bienvenido sea, pero de momento a este Cádiz CF lo que le tiene que sobrar es corazón dadas las circunstancias.