La consulta no se celebrará porque «es un disparate»

Angela Merkel, a diferencia de otros líderes europeos que fueron más explícitos, cree que el desafío soberanista en Cataluña es un problema interno de España. Por eso, trata de evitar manifestarse al respecto más allá de algún mensaje de apoyo a Rajoy. Ayer, se ciñó al guión, pero aseguró que el presidente español actúa en base a la lógica cuando impide una consulta que viola la Constitución.

Rajoy se explayó más. Primero destacó que cuatro de los nueve miembros del Consejo de Garantías Estatutarias votaron en contra de la legalidad de la norma con la que se convocará el referéndum del 9 de noviembre. Después, el presidente garantizó que esa consulta jamás se celebrará porque además de ser ilegal «es un disparate». Lamentó que mientras él y Merkel hablan de lograr una mayor integración europea hay otros, en alusión a Artur Mas, que defienden justo lo contrario, a pesar, añadió, del grave perjuicio económico que se causaría «a los ciudadanos de Cataluña y a todos los españoles» si la independencia llegara a hacerse realidad. «España es un país serio, un estado de derecho, hay una ley y una Constitución y una de las obligaciones básicas de un presidente de gobierno es garantizar que se cumpla la ley», zanjó.