Economia

Añada un toque de emergentes a sus posiciones en deuda, pero con cautela

La renta fija internacional diversifica y ofrece más rentabilidad, aunque a la periférica todavía le queda algo de recorrido

MADRID. Actualizado: Guardar
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La crisis de deuda de Argentina muestra la volatilidad con la que se mueven los activos de renta fija de otros países más allá de la 'zona euro'. A pesar de que la rentabilidad del bono español a 10 años se encuentra en mínimos, y de que el atractivo de los rendimientos de otras plazas es cada día superior, hay que actuar con pies de plomo cuando de este tipo de inversiones se trata. No se deje llevar por los intereses de los bonos emergentes que ya no se ven aquí. Al menos, no se lance a la piscina sin saber si está llena.

Es verdad que «la deuda de los emergentes nos aporta más rentabilidad que la que ofrecen las economías avanzadas, pero hay que tener en mente el riesgo asociado, tanto del emisor como la denominación de la divisa», explica Félix López, analista de Self Bank.

Para mitigar estos riesgos, Ignacio Victoriano, responsable de gestión de renta fija de Renta 4 Gestora, recomienda «una cartera diversificada en deuda pública internacional, asumiendo sólo las fluctuaciones que puedan tener las divisas en las que se invierte». Estas inversiones deben ocupar una pequeña parte de su cartera y hay que realizarlas con fondos especializados.

Atención a Latinoamérica

Si nos fijamos en el riesgo divisa, el índice Barclays EM FX Risk, que mide esa volatilidad de tipos de cambio de monedas emergentes, se sitúa en una zona cercana a los mínimos del año 2000, tras el repunte que registró a comienzos de 2014 por la crisis de Argentina y Venezuela.

Precisamente las plazas latinoamericanas son con las que más precaución hay que andar en cuanto a inversiones en deuda se refiere. «La inestabilidad que vive esta región hace que la dejemos fuera de nuestro radar de inversión», explica Javier Urones, analista de XTB. También advierte sobre la tentación del Este de Europa. «No debemos dejarnos llevar por las atractivas rentabilidad de los bonos rusos, ya que pueden sufrir un recorte a medida que se reflejen las sanciones impuestas a ese país». Este experto aconseja otras mercados más exóticos, como los bonos en India o Turquía.

Por su parte, Juan Luis Luengo, responsable de fondos de Citi, da un paso más allá, aunque «limitaría la exposición a países con fundamentales débiles, como Hungría, Venezuela o Brasil, y cubriría la divisa donde fuera posible». También Mario Lafuente, gestor de inversiones de ATL Capital, valora la deuda de Brasil, «donde la rentabilidad del bono en reales es del 12% con una inflación en el 6%». Por eso, con un fondo de inversión se puede elegir el país y el propio riesgo divisa.

Félix López recuerda que «muchos de estos países ofrecen directamente deuda denominada en dólares, aunque con menos rentabilidad que con su moneda local». Por ejemplo, la rentabilidad del bono turco es del 8,8% en liras, y de un 4,4% en dólares; la de México, un 5,7% y un 3,4%, respectivamente. Por eso, Juan Luis Luengo recuerda que «el rally que hemos visto desde principios de año en este tipo de deuda emergente puede llevarnos a pensar que todos los problemas que vimos el año pasado se han solucionado, pero los fundamentales de muchos de estos países siguen siendo muy débiles y sensibles a los tipos de EE UU».

César Ozaeta, responsable de selección de fondos de renta fija de la gestora de Abante Asesores, apunta que «bastantes de los gestores que seguimos parecen estar incrementando la exposición a las divisas locales». El motivo, apunta, es que la TIR (tasa interna de rentabilidad) de la deuda en dólares está en el 5%, mientras que la del índice de la deuda en local se sitúa en el 7%.

Aunque Mario Lafuente afirma que «muchos emergentes tienen unos ratios de deuda con respecto a su PIB aún bajos en comparación con los desarrollados, han acumulado reservas y presentan unas cuentas mucho más saneadas que hace 10 o 15 años», también advierte de que, con este tipo de inversiones, «hay que vigilar la movimiento de capitales, sobre todo las salidas abruptas de flujos de inversión».

Margen en los periféricos

Pero, ¿hay que olvidarse ya de la deuda europea, en general, y de la española, en particular? No, aún queda margen. Es el consenso de los expertos, quienes indican que «aunque no podemos descartar que el bono español continúe bajando, resulta evidente que el margen es cada vez más escaso», según Felipe López. Sólo en lo que va de año, la rentabilidad del bono ha caído un 37%. Por eso, Ignacio Victoriano aconseja «invertir en duraciones que no sean largas», ante la expectativa de que en Europa no va a haber incrementos de tipos a medio plazo.

Tampoco Juan Luis Luengo se saldría de las posiciones en España. «Las acciones tomadas por el BCE deberían apoyar a todos los activos con riesgo; por eso, nos siguen gustando los bonos periféricos, como España o Italia». «Aún queda una mayor compresión de la prima de riesgo, aunque cada vez con menos recorrido», indica. Por su parte, César Ozaeta no espera grandes movimientos del bono «entre el 2,5% y el 3%, por lo que los inversores podrían optar a una rentabilidad en ese intervalo».

Una opción para operar con deuda española puede ser «incrementar posiciones a niveles del 2,75% de TIR en el bono a 10 años y luego deshacer entre el 2,5% y el 2,15%, ya que son estos valores entre los que pensamos se va a mover la rentabilidad a medio plazo», explica Mario Lafuente. Las previsiones de Javier Urones, más positivas con el bono español, lo sitúan en el entorno del 2,30% y el 2,40% para este ejercicio.