La campaña por la secretaría general se enfanga al final

La campaña por la secretaría general del PSOE transcurría hasta ahora con cierta normalidad. Y pese a los pellizcos de monja que se propinaron en el debate del pasado lunes Pedro Sánchez y Eduardo Madina, la sensación que quedó tras verlos discutir sus poco opuestas posiciones fue la de que esta era una contienda de guante blanco. Pero las cosas han cambiado. Y el culpable es un titular de ayer del diario digital 'El Confidencial' tras el que el candidato madrileño ve la mano de los 'madinistas': «Pedro Sánchez 'esconde' que fue consejero de la asamblea Caja Madrid con Blesa».

Sánchez, concejal de Madrid de 2005 a 2009, formó parte de la asamblea de la entidad, rescatada por el Estado con 22.500 millones de euros, como el resto del grupo socialista en el Ayuntamiento. No estuvo en el consejo de administración, aunque la asamblea debe votar, entre otras cosas, el informe de gestión de este. Su presencia en el órgano era de conocimiento público y, de hecho, la recogió en su declaración de actividades como diputado.

No es que haya cometido ningún delito, pero el mensaje puede dañar su imagen ante los militantes socialistas sensibilizados con los desahucios y con las víctimas de las preferentes. Y por eso, en el entorno de Sánchez apuntaron hacia su principal rival como fuente de la información. Él fue, argumentaron, el que dijo en el debate que uno de los princiapes errores del PSOE había sido la presencia en los órganos de dirección de las cajas.

«Frente a las malas artes de algunos, juego limpio», reciminó Sánchez. Madina aseguró no saber nada de este tema. Pero José Antonio Pérez Tapias, el tercero en la carrera, sí entró al trapo y defendió que el madrileño debería aportar alguna «explicación complementaria».