El presidente del Gobierno se dirige al hemiciclo del Congreso durante la sesión de control al Gobierno de ayer. :: IGNACIO GIL
ESPAÑA

Gobierno y oposición están cada vez más lejos de pactar medidas de regeneración

Los socialistas arguyen que el 'caso Bárcenas' resta toda credibilidad a Rajoy y el presidente da a entender que si hace falta las aprobará solo

MADRID. Actualizado: Guardar
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La posibilidad de que Gobierno y oposición cierren el próximo otoño un pacto de Estado con medidas para la regeneración democrática de las instituciones y la mejora de la lucha contra la corrupción parece cada vez más lejana.

Mariano Rajoy insiste en que en septiembre abrirá un diálogo con todos los grupos del Congreso para tratar de acordar las leyes de reforma de la financiación de partidos y de refuerzo del Tribunal de Cuentas, el nuevo estatuto del alto cargo, el endurecimiento del Código Penal y otras propuestas de última hora, como la elección directa de alcaldes o la reducción del número de aforados, pero la oposición le responde con señales más negativas cada día.

Las objeciones de fondo, de las que participan tanto PSOE como IU, UPyD y el PNV son principalmente dos. Consideran que los casos Bárcenas y Gürtel y la financiación irregular no reconocida por el PP, así como otras posibles corruptelas que salpican al partido en varias comunidades, restan toda credibilidad a sus propuestas y que, en el fondo, el presidente del Gobierno se ha puesto al frente de la manifestación regeneradora solo para tratar de minimizar la factura electoral que le pueden pasar los escándalos propios en las votaciones de 2015, de la que recibió el primer aviso serio en las europeas.

De hecho, la última sesión de control al Gobierno del curso político terminó ayer en el Congreso en las antípodas del pacto. Acabó con Rajoy y los socialistas a ambos lados de la trinchera, predicando la mutua desconfianza y lanzándose a la cara sus respectivos casos de corrupción.

La actual portavoz socialista, Soraya Rodríguez, que ocupará el puesto entre la retirada de Alfredo Pérez Rubalcaba y la llegada el domingo del nuevo secretario general, le dijo al presidente del Ejecutivo que no haber asumido responsabilidades políticas por el 'caso Bárcenas' le quita toda «credibilidad» para liderar paquetes de regeneración democrática. De igual manera, cree que su propuesta de asignación de la alcaldía a la lista más votada no busca mejorar la calidad de la democracia sino que solo refleja «miedo a perder el sillón, el de algunos municipios y también el de Génova 13 ( la sede nacional del PP), pagado con la caja B del partido».

Rodríguez, quien le recordó que en el último año los jueces han dictado varios autos que afirman la existencia de financiación ilegal y de pagos en negro en el PP sin que nadie haya dimitido, aseguró que ahora solo quieren que gobierne el líder de la lista municipal más votada porque han hecho cuentas tras las europeas y creen que van a perder el gobierno de 40 ciudades importantes. La portavoz, que anticipó que el PSOE no va a respaldar la reforma de la ley electoral que sugiere Rajoy, le advirtió de que espera que ante la ausencia de apoyos políticos para pactar la medida no se atreva a cambiar las reglas del juego electoral ocho meses antes de los comicios municipales y autonómicos con los únicos votos del PP.

Medida «irreprochable»

El presidente del Gobierno, sin entrar en los argumentos de tacticismo electoral, se reafirmó en que la elección directa de alcaldes es una propuesta regeneradora e «irreprochablemente democrática» y mostró su extrañeza ante el rechazo de los socialistas porque llevaban el cambio legal en su programa electoral de 2004.

Tras fijar este punto, Rajoy pasó al ataque y dio a entender que si quieren impulsar medidas regeneradoras tendrán que obviar los casos de corrupción pasados, que no afectan solo al PP. Recordó que mientras él compareció hace un año en el Senado para negar la existencia de financiación ilegal en el PP, el PSOE aún no ha explicado en el Parlamento «qué han hecho con el dinero público de los ERE». «Cuando lo hagan estaremos igual», aseguró, antes de sentenciar: «Unos damos la cara y otros se esconden».

Los desplantes preventivos de la oposición no desanimaron a Rajoy, que insistió en que tras el verano propondrá a todos los grupos acordar un bloque de reformas de regeneración y contra la corrupción porque cree que así lo demandan los españoles y porque «mejorará el país». Sin llegar a afirmarlo, dio a entender que, con consenso o sin él, el PP sacará adelante las principales reformas del paquete. «Si ustedes están en otras historias -advirtió a los socialistas, en referencia al proceso interno para renovar el liderazgo-, allá ustedes».