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Tres guardaespaldas de Obama, pillados borrachos en Holanda

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Ámsterdam es una ciudad acostumbrada a extranjeros de juerga, pero ésta ha sido la primera vez que los empleados del hotel Huis Ter Duin, situado a 15 minutos, se encuentran a un agente de los servicios secretos de Barack Obama durmiendo la borrachera en el pasillo.

El mar del Norte sobre el que se afinca el hotel nunca ha sido tan frío para los tres 'secretas' que tuvieron que volver a casa suspendidos mientras su jefe aterrizaba en Holanda. «Cuando viajamos fuera del país representamos al pueblo de EE UU», les había recordado el presidente tras el escándalo de la Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias. Entonces fue una prostituta a la que no le quisieron pagar los 45 dólares de sus servicios la que alertó a los empleados del hotel. En Europa, las cosas sólo han cambiado un poco.

Julia Pierson, la primera mujer en dirigir el cuerpo, viajaba en el Air Force One con el presidente cuando tres de sus hombres volvían a casa suspendidos por la tremenda borrachera. El código de conducta que se impuso tras el escándalo de Cartagena prohíbe a los agentes beber alcohol desde diez horas antes de que empiece su misión. Hasta ese momento sólo lo permite «en cantidades moderadas», y en cualquier caso siempre prohíbe visitar «establecimientos no reputados».

La agencia aclaró entonces que la normativa era «de sentido común» y que solo enfatizaba las reglas ya vigentes. Y eso es precisamente lo que criticó Ronald Kessler, el periodista que dio la primicia de Cartagena. Según éste, la propia Pierson significaba la continuidad del modus operandi de la agencia, algo que a su juicio no cambiaría a menos que se trajera a alguien de fuera. El tiempo y los recientes acontecimientos posteriores parecen darle la razón.