Grupos de encapuchados lanzan cubos contra los escaparates de varias sucursales bancarias ayer, en Bilbao. :: EFE
Economia

Rajoy pide a la UE que «complemente» sus esfuerzos para salir de la crisis

El presidente reclama reformas estructurales en respuesta a la insistencia del FMI y el Eurogrupo en que España continue con medidas impopulares

BILBAO. Actualizado: Guardar
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Tú me aconsejas -con viejas recetas, por cierto- y yo te replico con mis reivindicaciones -tampoco nuevas- de que toda la Unión Europea arrime el hombro. En este juego político se emplearon durante toda la jornada de ayer los principales responsables políticos nacionales e internacionales que desfilaron por el Museo Guggenheim de Bilbao dentro del 'Foro Global España 2014', que debía deparar un análisis de la situación económica del país, junto un buen recetario para consolidar su todavía incipiente recuperación.

Y hubo de ambos, aunque poco novedoso. Los primeros en hablar fueron los organismos internacionales. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, reconoció los hechos -«España se recupera», dijo-, pero lanzó un aviso a navegantes: «no se puede declarar aún el fin de la crisis». El motivo: que ve «el crecimiento demasiado bajo y el desempleo, demasiado alto».

Su conclusión, pronunciada ante un foro en el que se mezclaban altos cargos del Gobierno y la Comisión Europea (CE), con destacados empresarios nacionales, fue tajante: «En España no hay que perder el momentum y seguir haciendo reformas». Por ejemplo, la recurrente segunda vuelta a los cambios ya emprendidos en el mercado laboral en pos de costes más reducidos. Ahora bien, precisó, sería «reduciendo la fiscalidad sobre el empleo y no necesariamente bajando los sueldos». Sobre este último punto incidiría después el comisario de Competencia y también vicepresidente de la CE, Joaquín Almunia, quien recordó una anterior petición del FMI para rebajar los salarios hasta un 10% en España. «No es sensato, ni razonable, ni justo», replicó a Lagarde, al tiempo que señaló que «los sacrificios deben estar bien distribuidos y los economistas no podemos pedir algo que, en la práctica, es inviable». «Salvo en empresas en crisis y para evitar despidos», apostilló.

Abundó también la responsable del FMI en otras recetas para España ya apuntadas en sus últimos informes. De un lado, seguir recortando el déficit público, «pero de forma más orientada al crecimiento, apoyándose especialmente en los impuestos indirectos». Es decir, más IVA e impuestos especiales, pero menos IRPF. De otro, reducir más la deuda, tanto de las administraciones públicas como de empresas y hogares, y profundizar en las «fortalezas» de la economía, como las exportaciones -las ventas de España han aumentado durante la crisis incluso más que las de Alemania-.

Con un discurso parecido, y también tras destacar el «coraje político» de las autoridades españolas, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, reclamó al Ejecutivo de Mariano Rajoy que mantenga esa «valentía» para convencer a los ciudadanos de que aún deben hacerse más ajustes. «A todos nos gusta el Estado de bienestar, pero hay que garantizarlo financieramente», advirtió, al tiempo que reclamó más reformas en los sectores laboral y educativo -«aunque resulten impopulares», apostilló- si se quiere consolidar la recuperación del Producto Interior Bruto (PIB).

Faltan «nuevas propuestas»

Puestas las cartas sobre la mesa, en forma de nuevas presiones internacionales disfrazadas de reconocimientos por lo ya conseguido, llegó el turno de la respuesta española. El primero, el Rey. Don Juan Carlos, que inauguró el Foro, destacó la necesidad de «debatir nuevas propuestas» -en referencia velada a las peticiones recurrentes de FMI, CE y OCDE- para «lograr la plena recuperación y crear empleo». Se refería tanto a España como a la propia Unión Europea, aunque su discurso tenía una conclusión nacional: «todavía queda mucho por hacer».

El guante lo recogió el ministro de Economía y Competitividad -una de las palabras más usadas en las intervenciones que se escucharon ayer en Bilbao-, Luis de Guindos, quien advirtió de que esta vez «no estamos en una recuperación en falso como la de 2011». «Podemos tener confianza en el futuro», señaló, «pero no darnos por satisfechos y debemos mantener el rumbo», tanto en las reformas como en la «consolidación» de las cuentas públicas.

El presidente Mariano Rajoy insistió en ese argumento al clausurar la jornada. «Todos juntos estamos haciendo algo muy complejo -dijo-, que es ganar en competitividad». Pero para ello, destacó, es «necesario» que los esfuerzos a nivel nacional -como la próxima reforma para mejorar la financiación de las empresas- sean «complementados desde Europa con reformas estructurales». ¿Cuáles? Una «verdadera» unión bancaria y medidas para «favorecer la liquidez», sobre todo en las economías aun débiles... como la española, concluyó.