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La tradición que vence a los chinos

La marroquinería se recupera de los efectos de la crisis y la exportación logra amortiguar la bajada de las ventas en España

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Con los chinos no hay quien pueda. Nadie ha dicho la frase, públicamente, pero todos la hemos sellado en alguna ocasión. Los bazares sucumbieron a su poderío, ahora comienzan a hacerlo los restaurantes y bares tradicionales y en el mundo ya no hay nadie que fabrique más que ellos, productos de baja calidad y a bajo precio. «Es imposible competir con ellos», es la frase que termina saliendo de la boca resignada de miles de empresarios en la provincia y en cualquier rincón del mundo.

El panorama es el que es y resulta complicado defender la producción nacional. Pero no todo está perdido. En un rincón de la provincia, a los pies de unas hermosas montañas, existe el La Galia que ha decidido plantar cara a esta lucha pese a que ya prácticamente daba por perdida la batalla. Ubrique no se ha resignado a abandonar las patacabras y se ha dejado la piel en seguir siendo marroquinera, algo que comienza a dar sus frutos.

Para competir contra el gigante asiático, las carteras, bolsos, correas y pitilleras que llegaban de allí, la estrategia ha consistido en diferenciarse y no apostar por precio sino por «calidad, calidad y calidad», reconoce un sector que ha puesto en marcha iniciativas en los últimos tiempos como la creación de un Centro Tecnológico o el desarrollo de estudios especializados en este sector. Las empresas ubriqueñas han tenido claro que la senda del éxito es la de crear un producto de alta gama, de diseño, que ha terminado por enamorar a los mercados europeos.

Aunque todavía no se ha dado a conocer el balance del mundo de la piel español del año 2013, el panorama actual del sector establece que el consumo nacional sufre, especialmente, los efectos de la crisis y que las bajadas que éste provoca consiguen ser amortiguadas con las ventas exteriores. Esto es lo que se desprende de los informes que da a conocer la Asociación Española de Fabricantes de Marroquinería (Asefma) y que corrobora la Asociación de Empresas Andaluzas de Complementos de Moda y Piel (Empiel), con sede en Ubrique. Pendiente de los últimos datos, el sector sigue generando una producción de más de 1.700 millones de euros en España, de los que Ubrique representa un 25% de todo el volumen de negocio.

Fuera de las fronteras ya se venden 575 millones de euros de piel española en el extranjero, registrándose en los últimos años subidas superiores al 12%. De seguir esta tendencia, pronto se podría ir igualando esta cantidad a la de las ventas en el interior del país, que supera los 1.125 millones de euros. Austria, Alemania, Arabia Saudí y Estados Unidos son algunos de los países que cada vez se interesan más por la piel ubriqueña, apostando sobre todo por el producto de alta gama. Francia no es el que registra mayores subidas porcentuales, pero aún así sigue siendo el principal cliente de las empresas españolas con un consumo de más de 170 millones de euros de nuestra piel.

Futuro esperanzador

Este panorama, unido a la vuelta de las grandes firmas que se han rendido por la calidad del producto ubriqueño, es el que hace que los empresarios de la provincia de este sector afronten el futuro con muchas esperanzas. La localidad ha pasado una época muy complicada en cuanto a este sector, algo que ha notado en exceso por su dependencia de lo que se ha llamado el «monocultivo» pero ahora el futuro se ve de una forma diferente. Los empresarios no reconocen abiertamente, por cuestiones de confidencialidad establecidas en los contratos, que trabajan para esas grandes marcas pero sí destacan, a micrófono cerrado, que «los principales productores del mundo de la moda siempre encargan algo en Ubrique».

En esta lucha con la competencia del país asiático resulta curioso que, aunque todavía no se encuentra muy desarrollado ese mercado, desde China también se comienzan a demandar productos de alta calidad y de lujo. Y no es de extrañar porque de toda la producción que se realiza en España el lujo supone el 21,5% del total, la alta el 38%, la media el 40% y la baja solo el 0,5%, que es la que fundamentalmente se produce en China.