Detenido un hombre tras confesar el asesinato de su mujer y su suegra

Dos mujeres, una madre y su hija, fueron halladas muertas en sus respectivos domicilios de la localidad lucense de Cervo después de que el marido de la última telefoneara a la Guardia Civil para confesar que había cometido los crímenes. El hombre, que realizó otras llamadas y envió varios mensajes, también comunicó su intención de quitarse la vida aunque finalmente fue detenido en las cercanías de un área de servicio horas después tras ponerse en marcha un amplio dispositivo de búsqueda con la ayuda del rastreo del teléfono móvil del comunicante.

En un primer momento se encontró el coche en el que había huido y se temió porque pudiera haberse lanzado al mar, muy cercano al lugar. Sin embargo, un testigo informó a los agentes de que había visto a un hombre vagando por las proximidades. Fuentes de la Guardia Civil informaron de que el sospechoso no ofreció resistencia en el momento del arresto.

Las primeras investigaciones apuntan a que las mujeres, de 72 y 45 años, murieron tras ser golpeadas con un palo de madera en la cabeza. Una de ellas fue encontrada en su cama y la otra tendida en el suelo boca abajo en medio de un charco de sangre.

Según confirmó el alcalde de la localidad, no existían denuncias previas por malos tratos por parte de la esposa del agresor, que trabajaba como profesora de Religión en un colegio de la zona y también había trabajado como catequista de la parroquia local. De hecho, añadió el regidor, ninguno de los allegados y conocidos de la pareja llegó a sospechar que pudieran existir diferencias familiares. Ambos llevaban casados 15 años y no tenían hijos. El detenido regentaba un negocio de construcción en la localidad lucense. El juzgado encargado de la investigación ha decretado el secreto de sumario.