Adelson y su mujer, en una visita a Alcorcón el pasado 8 de febrero. :: EFE
Sociedad

Eurovegas, no va más

El magnate Adelson renuncia a Madrid tras el rechazo del Gobierno a sus exigencias

MADRID. Actualizado: Guardar
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Fin del juego. Eurovegas, el megaproyecto del magnate estadounidense Sheldon Adelson para construir un complejo de casinos en Madrid, se desvaneció ayer después de que el Gobierno no aceptara las «inasumibles» exigencias fiscales y jurídicas de la promotora Las Vegas Sands. De esta forma se evaporan las promesas de 17.000 millones de inversión y 250.000 puestos de trabajo que los responsables de la operación y el Gobierno regional defendían como virtudes de un proyecto que aglutinaba las críticas de la oposición, plataformas sociales e incluso la Iglesia por considerar que fomentaba la «ludopatía» y la «prostitución».

Eurovegas tenía proyectado levantar en la localidad madrileña de Alcorcón seis casinos y 12 complejos vacacionales con 3.000 habitaciones hoteleras cada una. Sin embargo, las exigencias de Adelson eran cuantiosas y se han demostrado como el principal obstáculo para alcanzar un acuerdo. Los últimos requisitos de Las Vegas Sands han desbaratado dos años de negociaciones y consistían en un blindaje para la inversión realizada y, sobre todo, en asegurarse una indemnización en caso de que en el futuro cambiaran las normativas y afectaran al negocio. «Las nuevas condiciones no tienen encaje en la legislación española ni en el derecho comunitario», aseguró la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, al ser preguntada tras el Consejo de Ministros. La número dos del Ejecutivo explicó que los requisitos fiscales, crediticios, de restricción de entrada a nuevos operadores en el mercado y de blindaje jurídico frente a futuros cambios de normativa son «contrarios a la normativa vigente». «No se puede asumir una indemnización por un cambio normativo futuro», zanjó Saénz de Santamaría.

Poco antes la empresa de Adelson emitió un comunicado en el que confirmó su decisión de abandonar la operación en España y en el que dejó claro que sus prioridades inversoras se dirigen hacia otras latitudes: «Las Vegas Sands no continúa con su proyecto en España y se mantiene en la búsqueda intensa de oportunidades en Asia». La empresa estadounidense justificó su decisión en la falta de garantías. «No vemos un camino que pueda conducir a obtener los criterios necesarios para sacar adelante este desarrollo de gran escala. Como resultado, ya no perseguiremos esta oportunidad», aseguró Adelson.

Lo cierto es que la agencia de calificación Fitch ya había advertido a Adelson de que las oportunidades de negocio se encontraban en Japón, donde están a punto de aprobar una legislación favorable a los casinos. En cualquier caso, el empresario estadounidense aprovechó el comunicado para tratar de echar un capote a quien ha sido su más firme aliado en España: el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Así, destacó «el trabajo de forma continua en esta oportunidad con los intereses de los españoles en mente», por lo que en su opinión «deberían ser elogiados».

Sin duda, el fiasco de Eurovegas supone un enorme varapalo para el Ejecutivo autonómico, que viene a sumarse al fracaso de la candidatura olímpica y deja al presidente Ignacio González muy desgastado. «El Gobierno, en los últimos meses, ha trabajado intensamente en esas negociaciones y ha llegado hasta donde ha sido posible. Cuando se le ha pedido un imposible no ha podido llevarlo adelante», aseguró González en un intento de alinearse con Moncloa y salvar su gestión. El líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, calificó de «paripé» la actitud del Gobierno regional porque «sabía desde hace meses que Eurovegas no venía a Madrid».

La construcción de este complejo de juego levantó polémica desde un principio. El Gobierno regional, primero con Esperanza Aguirre y después con Ignacio González, fue siempre el más firme defensor de Eurovegas por la capacidad para generar hasta 250.000 puestos de trabajo. De hecho, según Las Vegas Sands, en la primera fase del proyecto -que debería estar finalizada en 2017- se daría trabajo de forma directa e indirecta a 80.000 personas. Unas cifras que la oposición y los sindicatos consideraban a todas luces infladas. Además, las promesas de miles de puestos de trabajo exigían cambios en el Estatuto de los Trabajadores con el objetivo de poder contratar más barato.

Pero no fue la única medida reclamada por Eurovegas durante estos años. Una de las más mediáticas consistía en modificar la Ley Antitabaco para permitir fumar en los casinos. Un punto de fricción entre el Gobierno autonómico, partidario de flexibilizar esta medida, y el Ministerio de Sanidad, que siempre desmintió la posibilidad de cambiar la normativa y que ahora respira aliviada. En materia fiscal, Adelson pidió la exención del impuesto que grava el juego. Y así hasta completar una enorme listado de exigencias para desarrollar un proyecto que, una vez más, no pasó del vídeo promocional.