Editorial

El corazón del socialismo gaditano

El nuevo auto de la jueza Mercedes Alaya compromete al pilar del partido en la provincia de Cádiz durante más de 25 años

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Resulta difícil distinguir el peso de cada piedra en la lluvia de rocas que sufren los ciudadanos españoles a diario. Los casos de corrupción no cesan y, desde diversos frentes, cualquier personas que quiera estar bien informada recibe a diario una ración de supuestas negligencias difícil de digerir. Siempre, por supuesto, con el dinero público como elemento común y el enriquecimiento como justificación. Pero por más frecuentes que sean los golpes, es relativamente fácil entender que el de ayer fue muy duro. Dos presidentes de la Junta de Andalucía, los dos antecesores de la reciente Susana Díaz, más varios de los consejeros con mayor responsabilidad en el ejecutivo andaluz quedan señalados por el auto de la jueza Mercedes Alaya como supuestos favorecedores, por acción u omisión, de la orgía de dinero público repartido que supusieron los ERE falsos. Este caso supone uno de los más dolorosos que hayan conocido los españoles, ya curados de espanto. Se trata de desviar a las manos de unos pocos aprovechados (entre los que no estuvieron los dirigentes políticos, a los que se acusa de no velar por el interés común) del dinero que debía servir de salvavidas temporal para los que se quedaran sin empleo. En esta tierra, por desgracia y hace demasiados años, son legión. Y esa trama tan sucia y repulsiva afecta, a partir de ayer, al factotum del socialismo en la provincia de Cádiz: Manuel Chaves. El que fuera presidente fue el mayor aval orgánico de todos los que han dirigido el PSOE provincial bajo el paraguas del llamado grupo pizarrista. Poner en entredicho su tarea, su trayectoria y su legado es, por muchos motivos, hacerlo con la cúpula socialista provincial de los últimos 25 años.