CÁDIZ

Esquizofrenias y depresiones graves, principales causas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los trastornos psiquiátricos agudos son los principales desencadenantes por las que las personas enfermas llegan a cometer un parricidio, siendo los «más frecuentes» entre ellos la esquizofrenia y las depresiones graves.

Así lo asegura el vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (Asepp), el doctor José Antonio López Rodríguez, que sostiene que para que el inherente instinto de supervivencia de la propia prole sea subvertido «tiene que suceder algo muy importante».

Además de la doble muerte registrada el lunes en Cádiz, ayer moría en Madrid un bebé de apenas dos meses presuntamente asfixiado por su madre.

Según el experto, la supervivencia personal y de los hijos «ésta grabada a fuego en los circuitos cerebrales»; por lo que sólo encuentra tres escenarios en los que sea obviada. El más usual de ellos es el padecimiento de una depresión grave, la cual «altera todo el circuito cerebral», señala.

Aliviar el sufrimiento

El paciente de la misma «padece tanto que mata a su hijo para aliviarle el sufrimiento que el cree que va a pasar», sostiene López Rodríguez, que añade que la alteración del ánimo es tan grande «que no entiende más que la vida es un calvario».

Este puede llegar a ser el caso de las mujeres con depresión postparto. En estas ocasiones, la madre «se siente incapaz de llevar al niño adelante y piensa que va a sufrir toda su vida por su culpa».

Tras las depresiones se sitúa la esquizofrenia, enfermedad que altera la realidad y hace difícil «saber qué piensa el paciente en ese momento», indica. Este tiene tal alteración de las relaciones afectivas «que no es fácil entender qué pasa».

Otra enfermedad, aunque ya menos frecuente, que puede desencadenar este tipo de asesinato es el trastorno grave de personalidad, en la cual el enfermo «no tienen ningún sentimiento por nadie, ni capacidad de entender que otro sufra y tenga sentimientos, incluido sus hijos», sostiene. La persona con personalidad psicopática es capaz de matar a alguien «simplemente para quitarle el reloj».

En cuanto al tratamiento indicado por los profesionales sanitarios, éste «normalmente mitiga» la enfermedad. Sin embargo, como es el caso de los esquizofrénicos, «el problema es que el paciente no tiene conciencia de su propia enfermedad y no va al médico». López Rodríguez apuesta porque el entorno sea «el que lo lleve o el que denuncie para ponerlo en tratamiento». Sobre todo, porque en enfermos como los depresivos, «tienen tal concepto de desesperanza de que no hay solución que no suelen acudir».