Un grupo de miembros de la oposición armada durante una ofensiva lanzada en la provincia de Alepo. :: REUTERS
MUNDO

El régimen vuelve a bombardear el escenario de la masacre

AMÁN. Actualizado: Guardar
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Apenas un día después del presunto ataque con armas químicas, el régimen sirio volvió a bombardear ayer los suburbios de Damasco castigados por la última matanza. Según informaron varios activistas, las tropas fieles al presidente Bashar el-Asad lanzaron cohetes y morteros contra las localidades de Jobar y Zamalka, situadas el este de la capital y próximas a Ghuta. Mientras, los rebeldes respondieron al asedio del Ejército con varias explosiones en la zona contra almacenes de tanques militares.

La escalada de tensión que se vive a las puertas de Damasco prosiguió su avance con nuevas denuncias sobre el drama que ha causado el bombardeo con gases neurotóxicos. «Esperamos que el número de fallecidos aumente porque acabamos de descubrir un barrio en Zamalka en el que hay casas llenas de personas muertas», afirmó el líder de la opositora Coalición Nacional Siria, Jaled Saleh.

El ataque químico ha sembrado el miedo en una población que ayer huía en masa hacia Jordania y el sur de Siria. Fuentes citadas por el diario local 'The Jodan Times' elevaban hasta 10.000 la cifra de civiles que han abandonado sus hogares tras la última ofensiva lanzada por El-Asad.

Las autoridades, entretanto, reafirman su inocencia. «Utilizar armas químicas en este momento habría sido un suicidio político», señaló un responsable de seguridad en alusión a los observadores que se encuentran actualimente desplazados en el país.