Editorial

Un sector en lucha, una comarca en liza

Las manifestaciones de los extrabajadores del metal cumplen dos objetivos básicos: la unidad y la ausencia de violencia para pedir una salida a una situación global

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Resulta llamativo, por inusual, ver a los extrabajadores de distintas empresas, de diferentes localidades, protagonizando movilizaciones de forma conjunta. Tienen un objetivo común, una motivación única y representan, incluso aunque no lo pretendieran, los intereses cívicos de toda la comarca. El desmantelamiento industrial que ha sufrido la Bahía de Cádiz supera con mucho la responsabilidad de cualquier partido político. De hecho, se ha reproducido con gobiernos de distinto color. Ni siquiera es achacable a la recesión económica y la caída del consumo que se vive de forma aguda desde 2008, puesto que los casos se remontan a muchos años anteriores, incluso décadas. Se trata de un conflicto socioeconómico, estratégico, en el que entran en juego intereses que superan el ámbito regional y nacional. Por tanto, buscar soluciones, pedir alternativas y luchar por encontrar salidas debe ser cosa de todos, de todo el colectivo de trabajadores, al menos, de todas las instituciones sin distinción.

La pelea por mejorar formación, compaginar costes laborales y productividad es un reto tan gigantesco que resulta imposible para un sindicato, para una plantilla de antiguos empleados, para cualquier partido político. Son todos, a una, los que deben buscar soluciones a una lacra que comenzó cuando el siglo anterior estaba lejos de acabar y que aún dura.

Siempre que no se produzca violencia y que esa labor de equipo sea entendida como la mejor estrategia, la reclamación de los antiguos trabajadores debe ser entendida como la de toda la sociedad gaditana puesto que muchos de los restantes sectores económicos están ligados de forma inequívoca a éste.