El padre de Fernando Trapero llega ayer a la corte parisina. :: MIGUEL MEDINA / AFP
ESPAÑA

La Policía francesa descarta que Trapero y Centeno reconocieran a sus asesinos

El juicio por el doble crimen de Capbreton se abre en París con la teoría de que fue una iniciativa de 'Ata', entonces un jefe militar de ETA

PARÍS. Actualizado: Guardar
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La Policía francesa descarta la teoría de que los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero hubieran reconocido a los tres activistas de ETA con los que coincidieron por casualidad a desayunar en una cafetería de Capbreton y atribuye su asesinato a una iniciativa personal de un jefe militar de la organización tomada sobre la marcha. Así lo expuso ayer el mando de la Policía Judicial gala Frédéric Veaux, director de la investigación, en la apertura del juicio en París por el doble asesinato perpetrado el 1 de diciembre de 2007 en esa localidad balnearia del litoral atlántico.

En su declaración bajo juramento como testigo ante el Tribunal Especial de lo Criminal, Veaux atribuyó la autoría material de los tres disparos que acabaron con la vida de los agentes, que estaban desarmados, a Mikel Karrera Sarobe, 'Ata', entonces presunto responsable de la logística militar de ETA.

Según su testimonio, Saioa Sánchez Iturregi y Asier Bengoa López de Armentia, juzgados como coautores de los crímenes, ejercieron labores de cobertura y apoyo en el atentado «Cuando se conoce el modo de funcionamiento de ETA basado en el centralismo democrático, esa iniciativa partió de alguien con suficiente autoridad, temperamento y carácter para hacer un gesto tan loco», declaró tras resaltar que los activistas de ETA que se mueven en la clandestinidad son «muy paranoicos».

Se sentaron al lado

El mando policial señaló que las víctimas, que hablaban entre ellas en español, se sentaron en una mesa contigua a la ocupada por los tres etarras. «Sánchez y Bengoa daban la espalda a los guardias civiles mientras que Karrera Sarobe los tenía de frente. Este era el más curtido, profesional y con mayor experiencia de los tres activistas, le entró la duda y tras confirmar y estar seguro de que eran guardias civiles se produjeron los disparos», relató antes de apuntar que la radio de servicio del coche camuflado en el que fueron tiroteados emitía mensajes en español audibles desde el exterior.

El abogado Bérenger Tourné, representante de los familiares de Trapero y Centeno personados en la causa como acusación particular, sometió a la consideración del testigo la teoría de que las víctimas hubiesen identificado a los etarras. «El señor Trapero, que es guardia civil -en referencia al padre del asesinado-, se pregunta cómo dos oficiales especializados no reconocieron a personas conocidas e identificadas como militantes de ETA», planteó. «No se qué pasó. No me atrevo a juzgar en lugar de otros ni a imaginar en su lugar. Eran muy jóvenes, de 23 y 24 años. Algunos pueden pensar que pudieron cometer un error de juventud. Pero también a veces los jóvenes reaccionan mejor que los veteranos», reflexionó Veaux.

Los padres de Centeno Bayón y el padre y la hermana de Trapero Blázquez escucharon con atención el testimonio del policía. «Yo pediría la pena de muerte, yo les aplicaría la ley del Talión, ojo por ojo, diente por diente», manifestó a los periodistas Blanca Esther Bayón González, la madre de Fernando Trapero.