CÁDIZ

«El pago por adelantado del impuesto sin cobrar el servicio no es justo y nos ahoga»

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«El IVA de una deuda de 50.000 euros puede suponer el pago de más de 10.000 euros, casi lo que nos cuesta la Seguridad Social de dos meses». Carmelo García, propietario de la copistería San Rafael, no tarda en hacer el cálculo cuando se le pregunta por lo que le supone el pago del impuesto por adelantado. Desde hace años presta servicio tanto al Ayuntamiento de Cádiz como a la Universidad, ambos administraciones o instituciones públicas con las que aún tiene facturas pendientes.

Señala que «es un ahogo hacer el ingreso cuando aún no se ha visto un euro», porque se trata de montantes abultados. Carmelo pone como ejemplo el trabajo encargado el año pasado para el Bicentenario, que se concentró en los meses de noviembre y diciembre. «Fueron cartas de presentación, libros, pegatinas, unas ventas muy generosas, pero que se pagan más tarde y el equivalente del IVA hubo que abonarlo en enero». Recuerda que ha sido un mes muy difícil de afrontar y ya no hay un colchón económico del que tirar como en los años de bonanza.

Por eso mismo ve como una tabla de salvación esta posibilidad de retrasar el pago del impuesto hasta que se hayan ingresado las facturas pendientes. «Es lo lógico, porque hasta ahora hemos financiado al sistema público por ley, no es una situación justa, tal como nos encontramos los negocios».

Este empresario reconoce que hay momentos en los que le ha llegado a «asustar» asumir determinados trabajos porque supone un desembolso importante por adelantado. «Pagar por trabajar, creo que somos los únicos que lo hacemos», lamenta. Y muchos no se atreven a trabajar con las administraciones públicas por ese motivo.

Hasta ahora estas empresas han asumido el coste de trabajar para el sistema público gracias a la caja del día a día, pero el volumen de negocio ha descendido y «ya no se puede contar con esa previsión», reconoce Carmelo.