CÁDIZ

CORRUPTOS A TODOS LOS NIVELES

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Quién es más corrupto, Bárcenas o el mecánico que emite la factura sin IVA? ¿El ideólogo de los ERE falsos o usted que compró un piso y pagó la mitad en 'B' en un cuartito aparte de la notaría? ¿Urdangarín, Ana Mato o todos esos padres que no piden un recibo de la fiesta con globos de sus hijos? Obviamente, el problema de la corrupción es muy grave. Gravísimo. El segundo al que nos enfrentamos como sociedad, sólo superado por el paro. Pero el trasfondo es mucho más gordo. Es un problema de cultura, histórico, de este país. Y de otros muchos, claro. Pero en España, lo que tradicionalmente hemos calificado como picaresca, no es más que sinvergonzonería. Pura y dura.

Quien más quien menos, si puede, mete la mano. Y más ahora, que vemos que todo el mundo lo hace. Y encima, en muchísimos casos, de forma impune. ¿Cuántos corruptos hay ahora mismo en la cárcel? Y lo que es más grave, ¿cuántos de ellos han devuelto lo robado? Probablemente los podríamos contar con los dedos de una mano. Estamos ante una tragedia de difícil solución. Todos criticamos, todos nos indignamos ante los sobres que vuelan, los duques que estafan y los consejeros que se gastan nuestros impuestos en coca y putas. Pero, ¿cuántos no lo harían si pudieran? Los podríamos contar con la otra mano que nos queda. La única forma de acabar con esta lacra es que la Justicia actúe con contundencia. Y con prontitud. Chorizo de alto 'standing' que se coja mangando dinero público, chorizo que va a la cárcel de por vida. De lo contrario, lo vemos cada día, seguirá pasando. A todos los niveles.

Aquí, el que puede, se ahorra el IVA. El que puede, no declara a Hacienda buena parte de sus ingresos. El que puede, alega una baja para poder ir a cantar con su chirigota. Cada uno a su nivel, se escaquea. Y mientras tanto, este país, esta provincia, se va por el retrete. Gracias a todos. O casi todos, que cuenta la leyenda que una vez hubo uno que sí que era honrado. Pero es eso, una leyenda.

La economía sumergida, que es la única corrupción a la que aspiramos las clases medias y bajas, está disparada. Obviamente hay diferencias, niveles. Unos mangonean para comer y otros por avaricia. Pero tanto en un caso como en otro no siempre es así exactamente. Habrá políticos trincones que no desvían millones a cuentas en Suiza, pero roban a menor escala, y gente que defrauda a Hacienda aunque no le falte para llevar un plato a su mesa. Cada uno defrauda hasta donde puede. Pero la esencia es la misma.