ESPAÑA

Cuando la mayoría absoluta no basta

MADRID. Actualizado: Guardar
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La mayoría absoluta en el Parlamento no siempre es garantía de poder sacar adelante los proyectos del Gobierno, al menos de sacarlos con consenso social. El Ejecutivo y PP han cambiado de criterio en una semana hasta en cuatro ocasiones por la presión de la calle. El clima de la calle es el causante de estos cambios de opinión. La irritación por la corrupción, la desafección hacia los partidos y el distanciamiento del ciudadano de los políticos preocupan al Gobierno.

El portavoz del PP, Carlos Floriano, tuvo que pasar por el trago de defender la contratación de Jesús Sepúlveda con el argumento de que la imputación en 'Gürtel' no es razón para un despido. A la semana siguiente su jefa, Dolores de Cospedal, anunció que el marido de Ana Mato se iba a la calle. «Rectificar es de sabios», dijo la secretaria general.

El portavoz del grupo popular, Alfonso Alonso, hizo un ejercicio de elocuencia para justificar el rechazo a la Iniciativa Legislativa Popular sobre desahucios porque el proyecto gubernamental había dejado obsoleta esa iniciativa firmada por 1,4 millones de ciudadanos. Unas horas después, Alonso tuvo que anunciar el apoyo.

Alberto Ruiz-Gallardón ha tenido que soportar todo tipo de reproches por la subida de tasas judiciales. Aguantó firme hasta el martes. La amenaza de un recurso ante el Constitucional de la Defensora del Pueblo por vulneración de la igualdad disuadió al ministro de Justicia, que dio marcha atrás y anunció reformas en la norma.

El Gobierno aprobó el proyecto de ley de transparencia con la mirada puesta en las administraciones públicas para facilitar el acceso de los ciudadanos a la información. Los partidos quedaban fuera. Hasta que Rajoy anunció el miércoles en el pleno del Congreso que la cosa cambia y que las fuerzas políticas, cuya valoración ciudadana está por los suelos, estarán sujetos a la ley.