Economia

Bruselas ve a España fuera de la zona roja, pero exige no bajar la guardia

La Comisión se une al optimismo del BCE y no descarta flexibilizar en febrero el límite del déficit español, aunque urge a seguir los ajustes

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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La Comisión Europea confirmó ayer que España ha salido de la zona de máximo peligro y empieza a ganarse la confianza de los mercados. El vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario, el finlandés Olli Rehn, corroboró que los últimos indicadores muestran «signos de estabilización» en los parqués, un objetivo que parecía inalcanzable hace solo unas semanas. El progresivo regreso de los inversores internacionales, plasmado en la exitosa subasta del Tesoro del jueves, aleja el fantasma del rescate y ofrece un mayor margen de maniobra al Gobierno. Rehn celebró la desaparición de las turbulencias, pero reclamó a los socios que perseveren con las reformas porque la situación es «reversible».

El vicepresidente de la Comisión se unió a los mandatarios que han expresado su optimismo tras las vacaciones navideñas, entre ellos el presidente del BCE, Mario Draghi. Convencido de que en 2013 la zona euro debe «derrotar a la crisis», Rehn basó su diagnóstico en las emisiones de deuda llevadas a cabo en los últimos días por España, Italia e Irlanda. Los tres socios obtuvieron un fuerte respaldo de los mercados, aunque en el caso español la mejoría ha resultado mucho más notable. El principal reflejo de esta tendencia es la prima de riesgo, que ayer prolongó su vertiginosa bajada y cerró en 330 puntos. En julio pasado, en el peor momento de la crisis, tocó los 649 puntos.

La reducción del diferencial con el bono alemán conjura el temor al rescate, una opción que Mariano Rajoy ha tenido meses sobre la mesa. Tomando como ejemplo a Italia, Rehn detalló el alivio que supone para las arcas públicas de un país el relajo en la prima de riesgo. Según sus cálculos, con un descenso de 100 puntos el Tesoro transalpino ahorra como mínimo 3.000 millones anuales. Más allá del impacto presupuestario, Bruselas siempre ha defendido que sin estabilidad en los mercados la recuperación resultaba imposible. Si la tranquilidad se consolida en las próximas semanas, la UE podrá empezar a pensar en cumplir sus previsiones y salir de la recesión en la segunda mitad de este año.

El responsable finlandés atribuyó la mejoría en los parqués a un conjunto de factores. Rehn destacó la aportación del BCE, que cortó de raíz las especulaciones sobre la ruptura del euro con su compromiso para comprar masivamente la deuda de un país si solicitaba el rescate. Esta fórmula condicionada se ideó a la medida de España cuando medio mundo daba por hecho que no aguantaría la presión de los inversores. El peligro no ha desaparecido completamente, pero los pronósticos catastrofistas sobre la deuda española ya no desbordan las portadas de la prensa internacional. Aunque evitó ajustar cuentas, el vicepresidente económico recordó que los «profetas del apocalipsis de la moneda única» eran innumerables hace apenas unos meses.

Rehn, que también incidió en el mayor optimismo reflejado en las encuestas sobre la confianza en la economía, explicó que los socios han sido «determinantes» en el camino hacia la estabilización. Por ello, reclamó «no bajar la guardia» y seguir adelante con los ajustes para «capitalizar» la serenidad obtenida. Incluso, insistió en que la situación no ha mejorado tanto como para que el crédito se normalice y llegue hasta las pymes españolas y del resto de «países vulnerables». La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, prometió que no habrá relajaciones y vaticinó que el «amplio» conjunto de reformas puestas en marcha el año pasado se reforzará durante este ejercicio.

Bruselas mantiene su fe en la confianza que genera la reducción del déficit, pero cada vez se muestra más abierta a flexibilizar las estrictas metas de gasto. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, admitió el jueves sus dudas ante el ritmo impuesto al Gobierno español y otros socios por la «enorme tragedia del paro». Rehn auguró que el próximo 22 de febrero, día en el que presentará sus nuevas previsiones económicas, desvelerá si es necesario relajar estos límites presupuestarios. España aparece como una de las grandes candidatas, pero Francia también podría obtener un año extra para situar por debajo del 3% su desfase en las cuentas.

El vicepresidente económico optó por la cautela y recordó que España ya ha recibido una extensión -hasta 2014- para reducir el déficit. Bajo esta premisa, remarcó que necesitan verificar las cifras del año pasado y corroborar si se han tomado «medidas eficaces» para eliminar los desequilibrios presupuestarios. Según lo pactado con sus socios, el Gobierno debe cerrar 2012 con un desfase del 6,3%, una cifra casi imposible por el impacto de la recesión.